El puente que conecta Del Río (Texas) con Ciudad Acuña (México) se ha convertido en un campamento improvisado con más de 10.000 personas que han cruzado masivamente la frontera con Estados Unidos.
Los migrantes duermen bajo el puente en penosas condiciones, tras haber cruzado las aguas heladas del río Bravo, a la espera de que las autoridades procesen sus solicitudes de asilo.
El campamento improvisado tiene pocos servicios básicos y algunos migrantes, que soportan temperaturas de hasta 37°C, están regresando a México a por suministros.
Los migrantes son en su mayoría haitianos, pero también hay algunos cubanos, venezolanos y nicaragüenses, dicen los informes de las autoridades.
Muchos de ellos forman parte de una ola más grande de migrantes que se dirigen al norte, gran parte de los cuales llegaron a Brasil y otras partes de Sudamérica tras el terremoto de 2010, informa el Washington Post.
Desde que asumió la presidencia en enero, Joe Biden, quien prometió reformar la inmigración estadounidense, ha creado un grupo de trabajo para reunificar a los niños migrantes con sus familias, ha detenido la construcción del muro fronterizo de Donald Trump y ha pedido revisiones de los programas de inmigración legal cancelados por su predecesor.
Pero también está experimentando una afluencia récord de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, incluidos cientos de niños no acompañados, que están detenidos en centros estadounidenses.