No morí en el temblor, pero voy a morir de frío: sobreviviente en Turquía

Resguardadas en albergues o mezquitas, las personas que perdieron sus viviendas en el terremoto del lunes se enfrentan al frío, el caos y la falta de información para trasladarse.

Después del sismo de magnitud 7.4 que sacudió Turquía en las primeras horas del lunes, sobrevivientes luchan después de haber perdido su casa mientras un frío extremo afecta en los refugios.

No tenemos una carpa, una estufa, no tenemos nada. No morimos de hambre o en el temblor, pero vamos a morir congelados con el frío”, afirmó Aysan Kurt, de 27 años, en Kahramanmaras, Turquía, zona del epicentro.

El hombre explicó que sus hijos están en malas condiciones.

La gente no sabe a dónde va. Están paniqueados, no saben a dónde ir ni qué quieren hacer”, afirmó el hombre, quien está refugiado en una mezquita con sus padres y sus hijos.

El responsable de la Media Luna Roja turca, Kerem Kinik, advirtió que las primeras 72 horas eran críticas en las labores de rescate, pero señaló que éstas se veían entorpecidas por las “severas condiciones meteorológicas”.

La temperatura es de entre dos y tres grados centígrados.

Aun así, los trabajadores de emergencia pudieron salvar a varios niños encontrados bajo un bloque colapsado en la castigada provincia turca de Hatay, donde municipios enteros desaparecieron.

Sin embargo, para muchos, era difícil encontrar esperanza.

Mi sobrino, mi cuñada y la hermana de mi cuñada están en los escombros. Están atrapadas bajo las ruinas y no hay señales de vida”, dijo Semire Coban, profesora en Hatay.

En tanto, los bomberos turcos apagaron el incendio registrado desde el pasado lunes en el puerto de Alejandreta, a raíz de los terremotos.

El incendio en el puerto de Alejandreta, en la provincia de Hatay, ha sido extinguido. Los trabajos continúan ahora para enfriar la zona del incendio”, explicó vía Twitter el alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu.

El fuego desatado en las instalaciones portuarias, ubicadas en el extremo sur de Turquía, han requerido de un intenso trabajo por parte de los bomberos para sofocar unas llamas que han dejado cientos de contenedores de mercancías incendiados.

La provincia de Hatay es próxima a la de Kahramanmaras, la más afectada por los sismos.

La mayoría de los contenedores afectados no habían sido descargados.

El puerto, uno de los mayores de Turquía en la zona del Mediterráneo oriental, se encuentra fuera de funcionamiento desde el día del sismo.

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