Manifestantes enojados en Francia prendieron fuego a la puerta de entrada del ayuntamiento de Burdeos en respuesta a la reforma de pensiones aprobada por el presidente Emmanuel Macron. Las llamas se apagaron rápidamente una vez que la situación estuvo bajo control.
Alrededor de las 8:00 pm los manifestantes prendieron fuego a una puerta del complejo exterior, pero los bomberos pudieron apagarlo. El incendio que acaba de comenzar frente al ayuntamiento conmocionó al alcalde de la ciudad, Pierre Hurmic, quien también denunció las acciones.
“Deploro cualquier acto de violencia. El derecho de manifestación es un derecho constitucional, el de saqueo no lo es. ¿Cómo no condenar en los términos más enérgicos tales actos de vandalismo y saqueo? Psicológicamente me siento muy dolido, muy consternado por esta iniciativa, pienso como todo el personal municipal y los cargos electos de la ciudad de Burdeos que no entienden este acto de vandalismo. Estamos en proceso de organizarnos para vigilar la entrada al ayuntamiento de Burdeos esta tarde, y mañana tomaremos medidas para consolidarlo y hacerlo funcionar lo antes posible».
Más de un millón de personas participaron en el noveno día de manifestaciones en Francia contra la reforma de las pensiones del presidente liberal Emmanuel Macron, que culminó en disturbios que dejaron 123 policías heridos y 80 personas detenidas. La protesta que comenzó hace una semana y entró en una nueva fase con protestas no planificadas todas las noches fue detonada por la decisión de Macron de imponer por decreto el aplazamiento de la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030.
El nuevo día caerá el mismo día en que Burdeos recibirá la visita del rey Carlos III de Inglaterra. Los sindicatos ya habían escrito a Macron para informarle sobre la situación volátil de la nación. Philippe Martínez, líder del sindicato CGT, denunció que el presidente había «arrojado una lata de gasolina al fuego» al dar la polémica entrevista el día anterior.
En esa oportunidad, el presidente aseguró que había anticipado la «impopularidad» de una reforma que quería implementar «hasta fin de año» en «interés general» y lanzó acusaciones contra los sindicatos, la oposición y los más manifestantes extremistas, a quienes comparó con ser «sediciosos». Las pancartas antirreformistas de los manifestantes dieron paso a las críticas al presidente durante las primeras marchas. Un cartel en París que decía: «Macron, ¿has perdido la cabeza?» también incluía un dibujo de una guillotina.
Para mantener el apoyo del público en general, el líder sindical de la CFDT, Laurent Berger, había pedido «acciones no violentas». Sin embargo, según una encuesta realizada este jueves por el instituto Odoxa, el 70% de los ciudadanos franceses acusa al gobierno de ser responsable de la violencia.