La final de ida hubiera sido 10 si el ambiente hubiera sido el motivo, pero el partido solo reflejó brevemente el ambiente de la final que había presenciado la tribuna Volcán. El juego tuvo sus momentos positivos, pero no los suficientes y especialmente cuando se trata del factor crucial que determina al ganador.

Con lo que tenían, Chivas y Tigres se fueron de Universitario con marcador de 0-0, y ahora que el partido es en Akron, será más tenso, tendrá menos margen de error y requerirá un gol para ganar el trofeo Clausura 2023.

Un mal despeje de Pollo Briseño que derivó en que el balón se estrellara en el travesaño de Miguel Jiménez a los 19 minutos fue uno de esos destellos en ambos marcos que fueron más que Tigres. Gignac afirmó que Alan Mozo le había cometido una falta en ese incidente cuando intentó luchar por el balón. Sin embargo, cuando el silbante Guerrero no logró marcar la falta, el francés decidió dar un fuerte grito a Mozo sin dudarlo porque sabía que le costaría sacar una tarjeta.

Otros incluyeron el que dejó caer Quioñes al 22′ y el que el ‘Conejo’ Brizuela recuperó y envió volando al 44′ tras un error defensivo de Fernando Gorriarán en la salida.

Tras una serie de cambios en ambos clubes, entre los que destacó la salida de Gignac que sorprendió al cronómetro en el minuto 68, aún había esperanzas en el descanso de que aumentaran las acciones peligrosas del complemento.

El balón, sin embargo, no entró en una de las porterías del encendido «Volcán» de San Nicolás de los Garzas a raíz de esos movimientos o de la fiebre del «Pocho» Guzmán cuando salía del campo para ser sustituido por el «Chicote» Calderón.

Entonces, si los felinos y los rojiblancos quieren estar celebrando un nuevo campeonato del fútbol mexicano el domingo por la noche, deben calmarse y mejorar.

Sólo restan 90 minutos para que Chivas y Tigres cobren sus deudas, paguen sus cuentas pendientes y traigan el octavo para el lado regio o el decimotercero para el equipo dirigido por Veljko Paunovic.