El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, ratificó este lunes un proyecto de ley muy controvertido que tipifica como delito estatal la inmigración ilegal hacia el segundo estado más grande de Estados Unidos.
Bajo la normativa, cuya entrada en vigor está prevista para marzo, los agentes del orden estatales estarán autorizados a arrestar a los migrantes que crucen la frontera ilegalmente.
Después, los inmigrantes detenidos podrán acatar la orden del juez para abandonar el país o ser imputados por cargos menores que acarrearían penas de hasta seis meses de prisión. Pero los reincidentes podrían enfrentar cargos criminales más graves con penas de dos a veinte años de cárcel.
La normativa tiene como objetivo “detener la oleada de entradas ilegales a Texas”, declaró el gobernador durante la ceremonia de firma en Brownsville, una gran ciudad fronteriza del sureste de Texas.
“Las consecuencias son tan extremas que las personas introducidas ilegalmente por los cárteles no querrán venir al estado de Texas”, añadió Abbot.
“La inacción deliberada de (Joe) Biden (presidente de EE. UU.) ha hecho que Texas tenga que arreglárselas sola”, afirmó el gobernador, que ha cargado en numerosas ocasiones contra la Casa Blanca por fracasar a la hora de gestionar la crisis ininterrumpida en la frontera.