El hallazgo ha sido tan impresionante que no hemos podido resumirlo todo en el título del artículo. Un equipo de investigación ha descubierto en China un nuevo dinosaurio saurópodo, es decir, una de esas especies que tenían el cuello largo. Junto a tres especímenes adultos se han conservado los fósiles de cinco nidos que suman 50 huevos, de algunos de ellos solo quedan las cáscaras, pero otros conservan incluso los embriones en su interior. Por si fuera poco, son los fósiles de dinosaurio más antiguo que se hayan descubierto hasta la fecha que conserve huevos y adultos de la misma especie. Esto supone una fuente de estudio riquísima para conocer más sobre la reproducción, cría, cuidados, nacimiento y crecimiento de los dinosaurios, unos temas muy desconocidos debido a la falta de fósiles que permitan extraer evidencias.
Crecer y sobrevivir en el Jurásico
Fenglu Han, de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Geociencias de China en Wuhan, ha encabezado el estudio cuyos resultados se han publicado en la revista “National Science Reviews”. El conjunto de fósiles ha sido datado con 190 millones de años, es decir, se remontan al período Jurásico. La nueva especie ha sido nombrada Qianlong shouhu: “Quian” es el nombre corto de la provincia de Guizhou, donde fue encontrado, y “long” significa dragón. “Shouhu” puede traducirse como “proteger” o “guardar”, y hace referencia a la condición de protector de sus crías según han sido hallados los fósiles. Según Han, se han encontrado huevos de dinosaurios con una cronología similar en Sudáfrica y Argentina, pero en ningún caso han conservado las estructuras de las cáscaras tan completas como en este nuevo hallazgo.
“El estudio revela numerosos patrones de comportamiento de los primeros dinosaurios, como la reproducción en grupo y la eclosión sincronizada, lo que proporciona evidencia importante para comprender las estrategias reproductivas y de supervivencia de los primeros dinosaurios”.
Cuando analizaron los embriones fosilizados, comprobaron que todos estaban en etapas de desarrollo similares, aunque no compartieran el mismo nido. Esto es lo que ha llevado a pensar que los dinosaurios habían desarrollado una eclosión sincronizada, es decir, todas las crías nacían a la vez, al igual que hacen las tortugas marinas en la actualidad, lo cual es una característica que ofrece ventajas a la hora de que los pequeños dinosaurios se muevan a la vez y tengan más opciones de escapar de los posibles depredadores.
La comparación entre especímenes embriones y adultos también genera una importante fuente de conocimiento para saber cómo crecían los dinosaurios, precisamente en el caso de una especie como Qianlong shouhu, que llegaba a medir unos 6 metros de largo y pesar hasta 1 tonelada. “Los embriones muestran algunas diferencias con respecto a los adultos, por ejemplo, un cráneo proporcionalmente más largo, un margen anterior del hocico más vertical y menos dientes. Los análisis alométricos de las proporciones de las extremidades entre los especímenes adultos y embrionarios indican que el Qianlong shouhu adulto podía caminar sobre sus extremidades traseras, pero los bebés probablemente eran cuadrúpedos”.
¿Huevos de dinosaurios blandos?
Hay un debate de largo recorrido entre los paleontólogos sobre el tipo de cáscara y la dureza de ésta que tenían los huevos de dinosaurios. Debido a la falta de fósiles, la reproducción de los dinosaurios sigue teniendo importantes vacíos de conocimientos, sobre todo en la historia del Jurásico. Según Han:
“Después del análisis, llegamos a creer que la cáscara de su huevo era de dureza intermedia, entre blandas, como los huevos de serpiente, y rígidas, como los huevos de gallina. A diferencia de los argumentos existentes de que los primeros huevos de los dinosaurios eran blandos o duros, defendemos por primera vez que los huevos de los primeros dinosaurios eran de dureza intermedia”.
Es decir, los primeros dinosaurios ponían huevos con forma elíptica y la cáscara era como una especie de cuero rígido. Según se puede leer en el estudio, “lo más significativo es que estos fósiles del Jurásico temprano proporcionan una fuerte evidencia de los huevos coriáceos más antiguos conocidos. Nuestros exhaustivos análisis cuantitativos demuestran que los primeros huevos de dinosaurio probablemente eran coriáceos, elípticos y relativamente pequeños, pero con unidades de cáscara de huevo relativamente largas, y que, en lo que respecta a las aves actuales, el cambio más significativo en la morfología de los huevos de los reptiles ocurrió temprano en la evolución de los terópodos, en lugar de cerca del origen de las aves modernas”.