Las olas de calor sin precedentes que golpean a Chile este verano han generado condiciones ideales para el avance de los voraces incendios forestales de la zona centro del país, los cuales han arrasado miles de hectáreas y provocado la muerte de al menos 131 personas, señalaron el martes las autoridades.
«Estos eventos extremos han existido siempre, pero con el cambio climático cambian de frecuencia, intensidad y también de duración. Estas condiciones son propicias para que se desarrollen incendios forestales», afirmó la ministra chilena de Medio Ambiente, Maisa Rojas, en conferencia de prensa.
Chile enfrentó a inicios de febrero el mayor desastre causado por un incendio en una zona urbana en los últimos 30 años, ocurrido en la región de Valparaíso, que ha resultado en la peor tragedia humana desde el terremoto y posterior tsunami de 2010, en plena época estival del hemisferio sur.
De acuerdo con los especialistas, la falta de medidas de prevención y mitigación, las altas temperaturas, acompañadas de fuertes vientos y baja humedad, impulsaron la expansión de las llamas, que destruyeron suburbios completos, y que afectan en estos momentos a otras regiones de la nación sudamericana.
Para este martes, la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) emitió nuevamente una alerta por temperaturas tope extremas entre las regiones de Maule y Los Ríos, en el centro sur, de hasta 37 grados Celsius, por sobre el promedio registrado en veranos anteriores.
La entidad explicó que esta ola de calor afectará con mayor intensidad a los valles y las localidades precordilleranas, debido a que el viento que baja desde la Cordillera de Los Andes se calienta a medida que se encajona en la cuenca, antes de alcanzar la Cordillera de la Costa.
Según cifras de la DMC, enero pasado se ubicó como el segundo mes más cálido en Santiago, desde 1950, mientras que a nivel global, el primer mes del año fue el más caluroso desde que existen registros.
Las noches australes también han presentado temperaturas mayores a lo normal, con influencia del fenómeno de El Niño que, según especialistas, se alargaría hasta el otoño (20 de marzo al 21 de junio).
Con ello, se espera que los días calientes continúen por los próximos meses, y que las lluvias disminuyan al acercarse los meses más fríos, en comparación a otros años.
«Si promediamos los últimos 12 meses, el planeta se ha calentado 1,5 grados Celsius, lo que hace que eventos de altas temperaturas sean más intensos», advirtió la ministra Rojas.
Señaló que Chile cuenta con una ley de cambio climático desde 2022, lo que implica elaborar planes regionales y comunales de adaptación a la crisis climática, para enfrentar los efectos adversos desde una perspectiva local.