El Parlamento Europeo aprobó el miércoles la Ley de Inteligencia Artificial (IA) con una abrumadora mayoría en la ciudad francesa de Estrasburgo.
La Eurocámara aprobó la ley con el voto a favor de 523 legisladores, el voto en contra de 46 y 49 abstenciones.
El comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, dio la bienvenida al resultado y dijo que «Europa es ahora un referente mundial en cuestión de normas sobre IA».
Se trata del primer marco legal integral sobre IA a nivel mundial, destinado a regular los sistemas de dicha tecnología de acuerdo con un enfoque basado en el riesgo, sometiendo las aplicaciones de IA de mayor riesgo a una regulación más estricta.
Bajo las nuevas reglas, se prohibirán ciertas aplicaciones de IA, incluidos los sistemas de categorización biométrica basados en características sensibles y la obtención indiscriminada de imágenes faciales de internet o de circuito cerrado de videovigilancia (CCTV, siglas en inglés) para bases de datos de reconocimiento facial.
Además, la ley prohíbe el reconocimiento de emociones en los lugares de trabajo y escuelas, la puntuación social, la vigilancia policial predictiva y la IA diseñada para manipular el comportamiento humano o explotar vulnerabilidades.
Para los sistemas de IA de uso general (GPAI, siglas en inglés), la ley exige el cumplimiento de requisitos de transparencia, como la adhesión a las leyes de derechos de autor de la Unión Europea (UE) y la publicación de resúmenes detallados del contenido utilizado para la capacitación.
Bird and Bird, una firma de abogados internacional, señaló que las negociaciones en torno a la Ley de IA evidenciaron diversas cuestiones polémicas, en particular en relación con el tratamiento de los sistemas biométricos de IA.
La empresa destacó matices en el texto que podrían introducir incertidumbre dentro de la industria, en particular con respecto a las prohibiciones y restricciones a los sistemas biométricos, junto con excepciones y salvedades.
Asimismo, Bird and Bird identificó confusión entre las empresas respecto a las obligaciones relacionadas con los modelos GPAI, lo que plantea desafíos para distinguir entre modelos y sistemas GPAI y comprender su separación de los sistemas de alto riesgo.
«Queda mucho trabajo por delante que va más allá de la propia Ley de IA», indicó Dragos Tudorache, correlator del Comité de Libertades Civiles del Parlamento Europeo. «Ahora debemos priorizar la puesta en marcha de esta ley».
Se espera que la Ley de IA, pendiente de aprobación final, entre en vigor en mayo luego de su publicación en el Diario Oficial.
Las normas serán plenamente aplicables dentro de los 24 meses posteriores a su entrada en vigor, con plazos específicos para diferentes aspectos, como restricciones de prácticas prohibidas, códigos de práctica, reglas de inteligencia artificial de uso general y obligaciones para sistemas de alto riesgo.