El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el miércoles a la cadena CNN que su país no mandará armas a Israel si van a ser utilizadas para una operación militar a gran escala en Rafah, ciudad ubicada en el sur de la Franja de Gaza.
Se trata de las primeras declaraciones de Biden sobre el suministro de armamento ofensivo por parte de Washington a Israel, después de que su Administración decidiera la semana pasada suspender un envío de bombas, una advertencia al Estado judío de que no debe lanzar una invasión en Rafah sin un plan creíble para proteger las vidas civiles.
«Civiles han perdido la vida en Gaza como consecuencia de esas bombas y por la forma en la que se atacan los centros donde hay población», dijo el mandatario, refiriéndose a las bombas de 2.000 libras de peso (un poco más de 907 kilos) cuyo envío a Israel ha sido retenido.
«Vamos a seguir garantizando que Israel está seguro con el sistema antimisiles Cúpula de Hierro y su capacidad para responder a los ataques lanzados recientemente en Medio Oriente (…) pero, no vamos a suministrar armas y bombas de artillería», apuntó.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han tomado el control del lado palestino del paso fronterizo de Rafah, que conecta Gaza con Egipto.
A ojos de Biden, hasta ahora, las acciones de Israel todavía no han cruzado la línea roja de entrar en áreas densamente pobladas de Rafah.
«Se lo he dejado claro (al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu) y a su gabinete de guerra: No contarán con nuestro apoyo, si de hecho entran en estos centros poblados», advirtió.
Las palabras de Biden fueron interpretadas por los medios estadounidenses como una línea roja puesta al Gobierno de Israel.