Las alertas de deforestación en la Amazonía brasileña fueron las menores en el primer semestre de este año desde 2017, según informó hoy el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Usando los datos del sistema Deter del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), el Gobierno señaló que 1.639 kilómetros cuadrados (km²) fueron destruidos entre el 1 de enero y el 30 de junio en la Amazonía, la menor área para el período desde los 1.332 km² de 2017 y una caída del 38 por ciento en comparación con la de 2023.

En otro bioma brasileño, el Cerrado, donde la destrucción venía aumentando en el primer semestre desde 2020, alcanzando el récord de 4.396 km² en 2023, por primera vez en cuatro años este índice descendió a 3.724 km², lo que supone una reducción del 15 por ciento.

En conjunto, la superficie perdida en los dos biomas este año equivale a más de tres veces el tamaño de la ciudad de São Paulo, la mayor de Sudamérica.

En los últimos 11 meses, es decir, entre agosto de 2023 y junio de 2024, las alertas muestran una reducción del 51,1 por ciento en la Amazonía.

Para el Cerrado, sin embargo, el escenario es diferente. En el mismo período, hubo un aumento del 14,6 por ciento, pero ahora hay señales de que la curva de deforestación está empezando a invertirse, ya que ha habido una reducción en los últimos tres meses.

En junio, por ejemplo, las alertas de deforestación apuntan a la destrucción de un área 24,3 por ciento menor que en el mismo mes del año pasado.

El secretario ejecutivo del Ministerio de Medio Ambiente, João Paulo Capobianco, afirmó que se trata del primer descenso constante de las alertas para el bioma.

«Es una tendencia que está tomando forma, todavía no está consolidada», dijo, agregando que «es una noticia muy importante, porque teníamos el Cerrado creciendo a un ritmo acelerado».