La tecnología puede ser una herramienta importante para reducir las desigualdades en el mundo, según un documento divulgado el lunes durante la reunión de los ministros de Desarrollo del Grupo de los Veinte (G20), que se celebró en la ciudad brasileña de Río de Janeiro.
En la Declaración Ministerial de Desarrollo del G20 para Reducir las Desigualdades, los funcionarios del bloque destacaron la importancia de la transferencia de tecnología entre países, el acceso a las tecnologías digitales y la utilización de los beneficios de la inteligencia artificial para reducir las diferencias sociales y económicas entre los países.
«Esto puede permitir una rápida transformación, combatir las desigualdades dentro y entre los países, y acelerar la realización del desarrollo sostenible en sus tres dimensiones, económica, social y ambiental, así como la prestación de servicios públicos», señala el documento .
En 20 temas, los ministros enumeran posibles acciones para mitigar las desigualdades, pidiendo a los países y las organizaciones internacionales asociadas que aborden la urgente necesidad de reducir las desigualdades dentro de los países y entre ellos, así como promover oportunidades para todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica o de otro tipo.
«La desigualdad amplifica los impactos negativos y desiguales de los choques con posibles consecuencias a largo plazo», afirman los ministros en el texto.
Entre los compromisos asumidos figuran el empleo productivo y la innovación, apoyados por una adecuada transferencia de competencias y tecnología en condiciones voluntarias y mutuamente acordadas.
Los funcionarios también reafirman el compromiso de «reducir las disparidades digitales y promover el uso inclusivo de los datos para el desarrollo, aprovechar los beneficios de la inteligencia artificial (IA) segura y fiable para todos, de una manera responsable, inclusiva y centrada en el ser humano, mejorar el acceso a los servicios digitales y a las infraestructuras públicas digitales, y utilizar las oportunidades de transformación digital para impulsar un crecimiento sostenible e inclusivo».
Respecto al empleo, «reafirmamos nuestro compromiso de ayudar a los países en desarrollo a integrarse mejor en las cadenas industriales de valor y de suministro mundiales y acelerar su proceso de industrialización y modernización. Reconocemos que el desarrollo del capital humano es esencial para combatir la pobreza y la desigualdad», se comprometen los ministros en el documento.
Otro compromiso es movilizar recursos, especialmente para los países más pobres. Los ministros subrayan la necesidad de «financiación accesible, adecuada y disponible de todas las fuentes» y reconocen que existen retos para la aplicación de la llamada Agenda de Acción de Addis Abeba (AAAA), considerada un acuerdo histórico para la inversión en desarrollo sostenible.
«Los progresos no se han repartido equitativamente dentro de los países ni entre ellos, lo que ha agravado aún más las desigualdades existentes», advierten en el documento.
El G20 está formado por Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Estados Unidos, Francia, la India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, República de Corea, Rusia, Sudáfrica y Turquía, además de la Unión Europea y la Unión Africana.
Los miembros del G20 representan en torno al 85 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, más del 75 por ciento del comercio global y alrededor de dos tercios de la población mundial.
Desde 2008, los países se han turnado en la presidencia. Esta es la primera vez que Brasil preside el G20 en su formato actual. La cumbre de líderes del bloque tendrá lugar en noviembre en Río de Janeiro.