El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), una de las obras insignia del gobierno anterior, enfrenta una nueva polémica. El director general del aeropuerto, General Isidoro Pastor Román, denunció públicamente la presencia de conflictos internos y “protagonismos” que afectan el ambiente laboral y la operatividad de la terminal aérea.
Ante esta situación, un grupo de empleados anunció que enviará una carta a la presidenta Claudia Sheinbaum para expresar su preocupación y solicitar su intervención directa. En el documento, señalan que desde 2024 las decisiones se han concentrado excesivamente en altos mandos, lo que provoca cuellos de botella y retrasos, incluso en tareas operativas básicas.
La carta advierte que este esquema de centralización ha paralizado mejoras necesarias y ha creado una atmósfera de incertidumbre en el personal. “Las decisiones que deberían tomarse a nivel operativo requieren autorizaciones de niveles superiores, lo cual entorpece los procesos”, sostienen los empleados.
El General Pastor también dirigió un oficio interno donde advirtió que, pese a los esfuerzos por mejorar la cohesión institucional, persiste la falta de comunicación efectiva entre las áreas directivas. Subrayó que los “protagonismos” deben ser eliminados para asegurar un trabajo coordinado y funcional.
A pesar de que la presidenta Sheinbaum se comprometió a atender estos problemas, el director afirmó que no se han visto avances y anunció que continuará enviando oficios hasta que haya una respuesta concreta.
El AIFA, inaugurado en marzo de 2022, ha reportado logros notables: transportó más de 6.2 millones de pasajeros en 2024, se colocó como el sexto aeropuerto más transitado de México y se consolidó como el principal punto de carga aérea del país, movilizando más de 581 mil toneladas de mercancías y generando ingresos superiores a los 118 mil millones de pesos en comercio exterior.
Sin embargo, los conflictos internos podrían poner en riesgo estos avances. La falta de coordinación y las tensiones laborales podrían afectar tanto la reputación como la eficiencia del AIFA en una etapa clave de su consolidación. La respuesta del gobierno federal será crucial para mantener el rumbo de esta infraestructura estratégica.









