La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, hizo un firme llamado a las autoridades de Estados Unidos para que los procesos migratorios se realicen con apego al debido proceso y en un marco de respeto a la dignidad humana y al Estado de Derecho. Su declaración se dio tras las protestas en Los Ángeles contra la política migratoria del presidente Donald Trump y la posterior represión de las fuerzas del orden.
Durante su conferencia matutina de este lunes, Sheinbaum también condenó los actos violentos ocurridos en las manifestaciones, señalando que la quema de patrullas es más un acto de provocación que de resistencia. “Condenamos la violencia, venga de donde venga”, afirmó.
La mandataria hizo un llamado a la comunidad mexicana en Estados Unidos a no caer en provocaciones y mantener la protesta pacífica. Aseguró que el gobierno de México continuará utilizando canales diplomáticos y legales para expresar su rechazo a las políticas que criminalizan la migración.
En ese sentido, informó que se activaron todos los mecanismos de asistencia y protección consular para brindar apoyo legal a los connacionales detenidos, además de reforzar la labor de los consulados para informar a la comunidad sobre sus derechos frente a operativos migratorios.
Sheinbaum reiteró que la migración debe atenderse desde un enfoque integral, humano y con corresponsabilidad regional. México, afirmó, está dispuesto a seguir colaborando con Estados Unidos para encontrar soluciones basadas en legalidad, respeto a los derechos humanos y desarrollo compartido.
Subrayó además la contribución de la comunidad mexicana en Estados Unidos, afirmando que la gran mayoría de migrantes son personas trabajadoras y honestas, muchas de las cuales han vivido más de cinco años en el país y aportan significativamente a ambas economías.
Por su parte, las protestas en Los Ángeles, que comenzaron el viernes tras operativos del ICE que dejaron 44 detenidos, derivaron en disturbios, vehículos incendiados, enfrentamientos con la policía y un saldo de 56 personas arrestadas durante el fin de semana.
El Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) y la Patrulla de Caminos de California informaron que entre los arrestados hay quienes lanzaron cócteles Molotov y atacaron a oficiales con motocicletas. El LAPD declaró el centro de la ciudad como “asamblea ilegal” y advirtió que usaría fuerza no letal para disuadir agresiones.
La situación se tensó aún más luego de que el presidente Trump ordenara el despliegue de más de 2.000 elementos de la Guardia Nacional en Los Ángeles. La medida fue duramente criticada por el gobernador de California, Gavin Newsom, quien anunció una demanda federal por considerar que la acción violó protocolos legales al no coordinarse con el gobierno estatal.
“El presidente ha creado esta crisis”, dijo Newsom, acusando a Trump de mentir y de usar a las fuerzas armadas como herramienta política. También exigió al secretario de Defensa que revoque la orden de despliegue.
La vicegobernadora Eleni Kounalakis respaldó la acción legal y calificó la presencia militar como innecesaria. Aun así, el presidente Trump insistió en Truth Social en una intervención inmediata y elogió al jefe del LAPD, Jim McDonnell, por su respuesta ante lo que llamó “matones”.
El conflicto escala a nivel federal, con la posibilidad del despliegue adicional de 500 marines y una batalla legal en curso entre la Casa Blanca y el estado de California sobre quién tiene la última palabra en la seguridad pública local.
