Tragedia en Texas: Campamento lamenta muerte de 27 niñas y consejeras

“Estamos destrozados junto con nuestras familias que sufren esta tragedia inimaginable”

El campamento de verano Mystic, en Texas, informó este lunes que al menos 27 niñas y consejeras murieron durante las devastadoras inundaciones del fin de semana, coincidiendo con las celebraciones del 4 de julio. Las autoridades aún trabajan en la identificación y localización de víctimas, mientras continúan las labores de rescate.

“Estamos de luto por la pérdida de nuestras niñas”, declaró el campamento en un comunicado oficial. “Estamos destrozados junto con nuestras familias que sufren esta tragedia inimaginable”. La institución agregó que mantiene estrecha coordinación con autoridades locales y estatales para continuar la búsqueda de desaparecidos.

Aunque no se ha confirmado cuántas de estas muertes ya fueron oficialmente registradas por las autoridades, el panorama es cada vez más desolador. Con lluvias adicionales pronosticadas para los próximos días, el riesgo de nuevas inundaciones sigue siendo alto en el centro de Texas.

En el condado de Kerr, uno de los más afectados, vecinos comenzaron a limpiar sus viviendas destruidas mientras compartían historias de sobrevivencia. Reagan Brown relató que sus padres, ambos de más de 80 años, escaparon de las aguas en ascenso y regresaron para rescatar a una vecina de 92 años atrapada en su ático. “Todos lograron refugiarse en un cobertizo en lo alto del terreno, donde se reunieron con otros vecinos”, dijo.

A pocos kilómetros, los equipos de rescate enfrentan condiciones difíciles y terrenos plagados de serpientes mientras continúan buscando a las desaparecidas del Campamento Mystic, exclusivo para niñas. El domingo, más de dos días después de la inundación, algunas menores y una consejera seguían sin ser localizadas.

El gobernador Greg Abbott informó que 41 personas permanecen desaparecidas en el estado. En la región de Hill Country, donde operan múltiples campamentos de verano, ya se han recuperado los cuerpos de 68 personas, incluidos 28 niños, según el sheriff del condado de Kerr, Larry Leitha. A esto se suman otras 10 muertes en condados como Travis, Burnet, Kendall, Tom Green y Williamson.

El gobernador advirtió que las lluvias persistirán al menos hasta el martes, elevando el peligro en zonas ya saturadas por las recientes precipitaciones. Abbott también declaró el domingo como día de oración por las víctimas.

Desde la mañana del domingo, a las familias se les permitió ingresar a las instalaciones del campamento. Algunos recorrían la zona en silencio, entre restos de cabañas y escombros. Una adolescente, con lágrimas en los ojos, miraba hacia el interior del edificio destruido. Mientras tanto, maquinaria pesada retiraba árboles y ramas del río cercano.

Pese a los riesgos, voluntarios y familiares de las víctimas se unieron a las labores de búsqueda, a pesar de los llamados de las autoridades a no intervenir en zonas peligrosas. Las preguntas comenzaron a surgir sobre si se emitieron las advertencias necesarias en una región conocida por su vulnerabilidad a inundaciones.

El presidente Donald Trump firmó el domingo una declaración de desastre mayor para el condado de Kerr y anunció su posible visita a la zona para el viernes. “Es absolutamente horrible lo que ocurrió”, dijo. “Hoy no fui porque solo estorbaríamos”.

En el ámbito internacional, el Papa León XIV —el primer pontífice estadounidense— dedicó unas palabras en inglés desde Roma: “Expreso mis condolencias a todas las familias que han perdido seres queridos, especialmente a sus hijas en el campamento de verano. Oramos por ellas”.

Los testimonios de los sobrevivientes revelan escenas aterradoras: personas aferradas a árboles, autos arrastrados por la corriente, familias refugiadas en áticos y orando para que el agua no los alcanzara. La tragedia ha dejado una profunda herida en la comunidad y ha expuesto nuevamente la fragilidad de muchas regiones frente a desastres naturales.

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