Con motivo del primer aniversario de la captura de Ismael “El Mayo” Zambada García y Joaquín Guzmán López en un aeropuerto rural de Texas, autoridades mexicanas reforzaron la seguridad en Sinaloa. Un total de mil 800 nuevos elementos del Ejército, entre ellos 300 Fuerzas Especiales y Fusileros Paracaidistas, fueron desplegados en la capital del estado ante el temor de nuevos brotes de violencia.

El operativo también responde a la creciente tensión por el asesinato del exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y diputado federal electo, Héctor Melesio Cuén Ojeda. La Fiscalía General de la República atrajo el caso, desestimando la versión estatal de un intento de robo como causa del crimen.

Desde días previos al aniversario, la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana intensificó operativos, retenes móviles y patrullajes en avenidas y puentes clave, en busca de personas armadas. Estos esfuerzos derivaron en múltiples detenciones recientes en Culiacán y Badiraguato.

En uno de los operativos, seis personas fueron detenidas, entre ellas una mujer, tras una persecución con disparos en la colonia Los Mezcales. La Guardia Nacional capturó a José Guadalupe “N” y Keyla “N” cuando intentaban escapar a bordo de una camioneta Nissan Frontier. Les fueron asegurados un fusil automático, cargadores y un chaleco táctico.

En otro hecho, dos sujetos fueron perseguidos sobre la avenida Ciudades Hermanas, en Culiacán, mientras disparaban contra elementos militares. Al ser interceptados, se les incautaron rifles automáticos y equipo táctico. En Badiraguato, otros dos hombres fueron detenidos con un rifle, una pistola, trece cargadores y 335 cartuchos útiles.

Ismael “El Mayo” Zambada fue capturado el 25 de julio de 2024, al arribar a un aeropuerto privado cerca de El Paso, Texas. Actualmente, se encuentra bajo custodia del Buró Federal de Prisiones (BOP) en el Metropolitan Detention Center de Brooklyn, sin sentencia firme. Tiene 77 años y enfrenta 17 acusaciones, incluyendo tráfico de drogas, lavado de dinero, crimen organizado y homicidios.

Durante su primera comparecencia ante la Corte Federal de Brooklyn, en septiembre de 2024, se declaró no culpable. Las autoridades estadounidenses y su defensa negocian un posible acuerdo para evitar un juicio que podría terminar en pena de muerte. El juez Brian Cogan, quien sentenció previamente a “El Chapo” Guzmán, ha dado plazos para seguir el proceso.

El caso es aún más complejo porque su abogado también representa a su hijo Vicente Zambada Niebla, alias “El Vicentillo”, quien colabora como testigo clave en otras investigaciones. La defensa busca evitar la pena capital, aunque acepta que el capo podría pasar el resto de su vida en prisión.

La captura de Zambada ha generado tensiones tanto dentro del Cártel de Sinaloa como en la relación bilateral entre México y Estados Unidos. El gobierno mexicano ha solicitado su extradición para enfrentar tres órdenes de aprehensión vigentes y ha pedido garantías de que no se le impondrá la pena de muerte.

El 24 de julio, la presidenta Claudia Sheinbaum reiteró su exigencia a Estados Unidos para obtener un informe detallado de su arresto, afirmando que su gobierno insistirá en conocer toda la verdad del caso.

Mientras tanto, la detención de Zambada ha intensificado la disputa interna en el Cártel de Sinaloa entre la facción que lideraría su heredero y el grupo de Los Chapitos. Esta guerra ha dejado más de mil 500 muertos y ha provocado una crisis económica en la región, afectando el tejido social y productivo del estado de Sinaloa.

La próxima audiencia judicial está programada para el 25 de agosto, sin que hasta ahora se haya formalizado un acuerdo legal. El futuro del histórico narcotraficante permanece incierto, bajo estricta vigilancia y en medio de una guerra silenciosa que sigue cobrando víctimas.