A más de dos años del inicio del convenio de cooperación con Cuba para incorporar médicos en zonas marginadas de México, ni la Secretaría de Salud (Ssa), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ni el IMSS-Bienestar tienen conocimiento sobre el impacto real de estos profesionales en el sistema de salud público. Las tres instituciones admitieron no contar con métricas, indicadores ni evaluaciones de desempeño desde 2022 a la fecha.
A través de solicitudes de transparencia con folios 343021300034725, 340018000179-125 y 340026900023125, las dependencias informaron que desconocen la productividad, competencias y nivel de especialización de los médicos cubanos, remitiéndose entre ellas la responsabilidad de dar seguimiento a sus actividades.
En su respuesta, el IMSS señaló que, conforme al primer convenio firmado con Cuba, la evaluación del desempeño estaría a cargo de la Secretaría de Salud, a través de su Dirección General de Calidad y Educación en Salud. A su vez, el IMSS-Bienestar, que administra el programa “Médicos Especialistas Cubanos”, también fue señalado como posible responsable del seguimiento.
Sin embargo, al ser consultada directamente, la Ssa se declaró incompetente para entregar indicadores o reportes, indicando que la responsabilidad recaía en el IMSS-Bienestar. Este último, por su parte, rechazó tener la información solicitada, argumentando que, en caso de existir, corresponde a otro sujeto obligado.
Ante esta falta de claridad institucional, se desconoce si el programa realmente ha cumplido con su objetivo de cubrir el déficit de personal médico especializado en regiones rurales, de difícil acceso o marginadas, donde históricamente ha sido complicado contratar médicos mexicanos.
El IMSS explicó que la evaluación del convenio con Cuba debía realizarse en tres fases: inicial, intermedia y final. Esta incluiría diagnósticos, mediciones de calidad en la atención médica y el grado de satisfacción de los pacientes. Sin embargo, ninguna de las dependencias pudo confirmar si alguna de estas etapas se ha implementado o si el proceso de evaluación siquiera comenzó.
Además, tanto el IMSS como el IMSS-Bienestar reconocieron no contar con registros sobre el número de consultas atendidas, jornadas cubiertas o zonas específicas donde operan los médicos cubanos. Argumentaron que dicha información es responsabilidad de otra entidad, ya que ellos no gestionaron directamente la contratación del personal, catalogando el servicio como parte de una colaboración externa.
La fragmentación de responsabilidades y datos entre el IMSS, IMSS-Bienestar, la Ssa y los operadores cubanos complica la fiscalización del programa y deja sin transparencia el uso de recursos públicos involucrados.
Según estimaciones de EL UNIVERSAL, el gobierno mexicano ha invertido más de 2 mil 19 millones de pesos desde 2022 para traer, distribuir y mantener a los médicos cubanos en el país. Este monto incluye no solo sus servicios médicos, sino también traslados con chofer, hospedaje permanente con electrodomésticos y televisión, dieta especial tres veces al día y atención personalizada las 24 horas.
Finalmente, al solicitar el desglose de este gasto, incluyendo cuánto se destinó al salario individual de cada médico cubano, las tres dependencias señalaron que también desconocen esa información.