El expresidente Felipe Calderón responsabilizó al exembajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, por no reaccionar ante la reforma judicial que permite la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular. Según Calderón, esta omisión facilitó un debilitamiento institucional al eliminar a la Suprema Corte como contrapeso del poder presidencial.
Durante su participación en la conferencia “El Estado de la Democracia en América”, celebrada en la Universidad del Instituto de las Américas de Georgetown, Calderón criticó el papel del entonces embajador estadounidense, afirmando que “no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo exactamente o simplemente lo ignoró, lo cual es terrible”.
El exmandatario afirmó que, antes de la reforma, la Suprema Corte de Justicia de la Nación operaba como un contrapeso efectivo al Ejecutivo. Sin embargo, señaló que la mayoría legislativa de Morena permitió la aprobación de cambios constitucionales que removieron a jueces y ministros, ahora reemplazados por personas afines al partido en el poder.
“Todos fueron despedidos hace dos semanas y ahora el Poder Judicial está en manos de militantes y simpatizantes de Morena”, aseguró. Incluso advirtió que algunos de los nuevos nombramientos carecen de experiencia o tienen antecedentes como defensores de personas acusadas de narcotráfico.
Calderón recordó que, en agosto del año anterior, Ken Salazar había advertido públicamente sobre los riesgos que implicaba la elección popular de jueces, no solo para la democracia mexicana, sino también para el cumplimiento del T-MEC. Estas declaraciones provocaron una respuesta formal del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, quien expresó su rechazo a la postura del diplomático.
La reforma judicial, aprobada por mayoría parlamentaria, modificó la estructura de la Suprema Corte y los tribunales federales, generando críticas por su posible impacto en la autonomía del Poder Judicial y en los compromisos internacionales del país.
Calderón concluyó que esta transformación eliminó el principal contrapeso institucional al Ejecutivo y que la falta de atención del embajador estadounidense contribuyó a su implementación.
En respuesta, la presidenta Claudia Sheinbaum criticó a Calderón durante su conferencia matutina del miércoles, acusándolo de “espurio” y “entreguista”. También recordó que nunca logró despejar las dudas sobre su llegada a la presidencia en 2006, presuntamente mediante un fraude electoral.