Durango — El caso de Paloma Nicole, una adolescente de 14 años que murió tras someterse a múltiples procedimientos estéticos, continúa generando indignación y reflexión sobre la regulación de estas intervenciones en menores de edad. Su padre, Carlos Said, compartió nuevos detalles que permiten comprender la gravedad de lo ocurrido.

De acuerdo con su testimonio, la joven no tenía intención de realizarse ninguna cirugía y llevaba una vida activa, saludable y enfocada en el deporte. Sin embargo, señaló que fue presionada para someterse a diversas intervenciones: aumento de busto, liposucción, lipotransferencia y aumento de glúteos. Estas cirugías fueron autorizadas por la madre y realizadas por el padrastro, sin su consentimiento como padre.

Said afirmó que nunca fue informado del proceso. Según relató, le dijeron únicamente que su hija viajaría a una zona sin señal y que estaba enferma de las vías respiratorias. Tras las cirugías, Paloma presentó complicaciones médicas, fue hospitalizada y falleció el 20 de septiembre. El padre señaló que no supo lo que había pasado hasta el velorio, donde notó cambios físicos evidentes en su hija, lo que lo llevó a pedir la intervención de las autoridades.

Las personas involucradas —la madre, el padrastro y quienes participaron en las intervenciones— se encuentran detenidas y enfrentan cargos relacionados con los procedimientos practicados sin autorización legal.

El impacto del caso derivó en la aprobación de la Ley Nicole en Durango, una reforma que prohíbe y sanciona la realización de cirugías estéticas en menores de edad, además de reforzar la supervisión médica y las responsabilidades legales de quienes intervienen en estos procedimientos.

Carlos Said consideró la nueva legislación como un avance significativo, al señalar que ayudará a evitar que otros menores enfrenten riesgos similares. Subrayó que ningún adolescente debe acceder a procedimientos estéticos sin una evaluación estricta y sin salvaguardas legales que garanticen su seguridad.

El caso ha provocado un amplio debate público sobre la presión estética, la ética médica y la importancia de crear entornos seguros para niñas, niños y adolescentes. La historia de Paloma Nicole ha impulsado a familias, especialistas y autoridades a revisar prácticas médicas y a fortalecer mecanismos de prevención y acompañamiento responsable.