El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acusó el martes a los gobiernos de Estados Unidos y Canadá de mostrar una postura ambigua, tras la irrupción policial en la embajada mexicana en Ecuador, lo que derivó en el rompimiento de relaciones diplomáticas de los dos países latinoamericanos.

En su habitual rueda de prensa diaria, el mandatario mexicano señaló que hasta ahora, tanto Estados Unidos como Canadá, los principales socios comerciales de México, han mostrado una postura muy «indefinida» por el incidente diplomático con Ecuador del pasado 5 de abril.

«Han habido posturas bien definidas, que tienen que ver con el derecho internacional, y posturas ambiguas», expresó López Obrador a periodistas en el Palacio Nacional de la Ciudad de México, al señalar a Estados Unidos y Canadá entre los ambiguos.

En el caso del presidente estadounidense, Joe Biden, el mandatario mexicano indicó que su homólogo estadounidense no se ha pronunciado de manera abierta sobre la intromisión en la embajada mexicana y que su Gobierno se limitó a publicar un boletín, en el que únicamente convoca a la reconciliación.

Por lo que toca a Canadá, López Obrador cuestionó que el Gobierno del primer ministro, Justin Trudeau, se refiriera al incidente en Ecuador como una «aparente» violación al derecho internacional.

«Eso no lo permitimos, no lo aceptamos», expresó López Obrador, quien dijo que con la postura de ambigüedad de Estados Unidos y Canadá pareciera que se quiere dar continuidad a la Doctrina Monroe.

«Ya no queremos que se siga aplicando en América la Doctrina Monroe», dijo López Obrador sobre el mecanismo implementado en el siglo XIX por Estados Unidos para proteger sus intereses en América Latina y el Caribe, modernizada con los años.

López Obrador reiteró que la irrupción policial en la embajada mexicana en la ciudad de Quito fue un acto autoritario.

Recordó en tal sentido que su Gobierno recurrirá a la Corte Internacional de Justicia para que interceda en el incidente.

La Policía de Ecuador irrumpió el viernes pasado en la sede diplomática mexicana en la ciudad de Quito y detuvo al exvicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas, quien ese mismo día había recibido asilo político por parte del Gobierno de México.

El Gobierno mexicano rompió relaciones diplomáticas con Ecuador y retiró a todo su personal diplomático en el país sudamericano.