Un 16 de junio nació un compañero de cuatro patas, su nombre: Proteo. Con unos meses de vida comenzó su propia historia, desde cachorro sus objetivos fueron claros, la búsqueda y rescate de personas en el ámbito nacional e internacional, de acuerdo a las misiones encomendadas.

Pasaron los meses y en compañía de un maestro, sus habilidades fueron en aumento.

Su fuerza creció se convirtió en un líder. Y es que más que un perro, fue un fiel compañero de trabajo, un fiel compañero de vida, ese vínculo de unión incluso va más allá de la muerte.

Un vínculo que lo resiste todo, y eso es difícil de encontrar. Porque como miembro del ejército mexicano, siempre cumpliste la misión. 

Gracias porque bajo la lluvia, bajo el rayo del sol, en cualquier terreno, en cualquier situación, cuando más se te necesitó, jamás te rendiste, jamás abandonaste a tu compañero, jamás abandonaste a tu Patria. 

Fuiste el can más leal, el mejor amigo. Que dio fuerza a quien más lo necesitó, con valor, con honor, y siempre de pie diste lo mejor de ti. 

Aún sin conocerlos estuviste dispuesto a dar la vida por ellos, dejarás las tropas pero siempre seguirás siendo soldado. 

Hoy te vas tú, pero tus compañeros continuarán tu legado.

Hoy México y el mundo te despiden porque fuiste y serás siempre un héroe.