A 17 se incrementó el número de personas detenidas por su participación en el fallido golpe de Estado en Bolivia, en su mayoría militares, informó el jueves el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo.
El miércoles, cientos de militares al mando del general Juan José Zúñiga tomaron la plaza Murillo, centro del poder político de Bolivia, e ingresaron por la fuerza al antiguo Palacio de Gobierno para buscar deponer de su cargo al presidente Luis Arce, quien finalmente logró desactivar la intentona golpista.
Las investigaciones arrojaron que la planificación de la intentona golpista comenzó en mayo pasado y que fue orquestada por tres grupos bien definidos, detalló Del Castillo.
El primero fue el «grupo de la preparación y planificación», liderado por el general Zúñiga y por el vicealmirante Juan Arnez, quienes fueron detenidos en la noche del miércoles.
Otro de los «ideólogos» y una de las «fichas más importantes» es un civil identificado como Aníbal Aguilar Gómez (quien se encontraba el miércoles en la plaza Murillo), quien conformaba parte de este primer grupo junto a Juan M.P., explicó el ministro de Gobierno durante una conferencia de prensa.
En el segundo grupo, conocido como de «organización y coordinación», participaron siete personas, todas aprehendidas este jueves. Este grupo se encargaba de los aspectos logísticos y la coordinación de las acciones golpistas, asegurando que las diferentes facciones involucradas trabajaran en conjunto.
El tercer grupo, descrito por Del Castillo como «el más violento», estaba compuesto por cuatro miembros de las Fuerzas Armadas, responsables de ingresar con tanquetas a la plaza Murillo y desplegar armamento bélico contra el pueblo boliviano. Además, este grupo trabajaba en estrecha colaboración con otros dos coordinadores adicionales, que también fueron detenidos.
El ministro de Gobierno explicó que la policía busca a tres militares del servicio pasivo que se encuentran prófugos.
También se detalló que en el domicilio de uno de los militares se encontraron municiones y armas de grueso calibre, indicando la gravedad y la preparación minuciosa de esta insurrección.