La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil, Marina Silva, alertó que el país sudamericano deberá prepararse para enfrentar períodos de grandes sequías, con base en investigaciones de las agencias del Gobierno que prevén baja humedad en algunas regiones de grandes extensiones de campos.
«Estamos saliendo de un período de inundaciones terribles en Rio Grande do Sul (estado sureño de Brasil) y vamos a enfrentar una emergencia climática que implicará incendios. Esta es una de las consecuencias de las grandes sequías. Estamos transformando los bosques húmedos, como es el caso en la Amazonía, hacia un bosque que cada vez perderá más humedad», advirtió la ministra.
Silva participó de un seminario con motivo del Día del Medio Ambiente organizado por el diario Folha de Sao Paulo, en el cual hizo referencia a los eventos climáticos extremos que se registran cada vez más frecuentemente en Brasil, poniendo como ejemplo la peor catástrofe del estado de Rio Grande do Sul, que sufre con inundaciones y crecidas de ríos récord desde el 29 de abril.
En ese contexto, la ministra pidió prestar atención al comunicado emitido por la Agencia Nacional de Agua y Saneamiento Básico en abril, que declaró una situación crítica de escasez de agua en la región del centro-oeste de Brasil, en la cuenca del río Paraguay.
«Esta es la primera vez que el organismo hace esta clasificación con la palabra ‘crítica'». Ya hemos tenido escasez de agua declarada en el río Madeira y en el río Paraná, pero nunca en toda una cuenca», indicó.
Brasil es uno de los principales productores de alimentos del mundo y la región que está amenazada por sequía, que incluye los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, es el principal polo sojero del país.
Durante el discurso en el seminario, Silva dijo que las fuertes sequías favorecen la propagación de los incendios y que ese movimiento fue detectado por investigaciones que tiene el Gobierno, que apuntan a que regiones como el Pantanal, en el oeste del país, redujeron la humedad en sus bosques.
La ministra agregó que el Gobierno debe contar con mecanismos para tener una reacción rápida ante eventos climáticos extremos, sobre todo después de la tragedia de Rio Grande do Sul, estado fronterizo con Uruguay y Argentina, en el que las inundaciones han dejado 172 muertos, más de 600.000 evacuados y casi el 90 por ciento del territorio destrozado.