El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, promulgó el miércoles la Política Nacional de Gestión Integrada de Incendios, que busca dar un enfoque planificado y coordinado al uso controlado del fuego a fin de prevenir y combatir los incendios forestales, conservar los ecosistemas y respetar las prácticas tradicionales.

«El Pantanal es patrimonio de la humanidad y estoy orgulloso del trabajo de los bomberos y del Ibama (Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales) en la lucha contra los incendios en este bioma», expresó el mandatario en la firma de la sanción desde la ciudad de Corumbá, en el estado de Mato Grosso do Sul (centro-oeste).

«Me emocionó ver, junto con la ministra (de Medio Ambiente) Marina Silva, el esfuerzo conjunto de todas las entidades federales para apagar el fuego y restaurar nuestro Pantanal (…) Por eso es tan importante para nosotros estar aquí sancionando la Ley de Manejo del Fuego, una robusta política de preservación ambiental», añadió luego de una visita en helicóptero a la región del Pantanal, foco de los incendios en los últimos tres meses.

De acuerdo con la información oficial, hay 890 profesionales del Gobierno federal en el campo, incluidos miembros de las Fuerzas Armadas, agentes ambientales y de las fuerzas de seguridad, así como 15 aeronaves en operación, entre aviones y helicópteros, y 33 embarcaciones.

Según el Gobierno, los equipos han rescatado 555 animales salvajes de los 82 incendios registrados hasta el 28 de julio en el Pantanal, de los cuales 45 ya han sido extinguidos.

El Pantanal lleva 906.950 hectáreas quemadas por el fuego en lo que va del año, el 6 por ciento del territorio ocupado por el bioma, según el Laboratorio de Aplicaciones de Satélites Ambientales de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

La Política Nacional de Gestión Integrada de Incendios combina conocimientos técnicos, científicos y tradicionales para minimizar los impactos negativos del fuego, garantizando la seguridad medioambiental y humana, e incluye el uso controlado del fuego en actividades agrícolas, de conservación y de gestión medioambiental, siempre con autorización de los organismos competentes.

La propuesta, iniciativa del Ministerio de Medio Ambiente, reconoce el papel ecológico del fuego en los ecosistemas y respeta los conocimientos y prácticas tradicionales de su uso por parte de las comunidades indígenas y tradicionales.

Entre otros, su objetivo principal es la prevención y reducción de los incendios forestales, la promoción del uso controlado del fuego, la formación para hacer frente a los incendios, la conservación y restauración de la vegetación nativa y la garantía de responsabilidad por el uso no autorizado del fuego.