Zhi Dong Zhang, conocido como “Brother Wang”, fue recapturado en Cuba tres meses después de haberse fugado del arresto domiciliario en la Ciudad de México. El ciudadano chino es señalado como proveedor de fentanilo para el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), y es requerido por autoridades de Estados Unidos por delitos relacionados con narcotráfico y lavado de dinero.
Fuentes del gabinete de seguridad confirmaron que el gobierno cubano ya notificó a México sobre la detención y que Dong Zhang será trasladado al país una vez que concluyan los trámites para su entrega.
Zhang se había fugado en julio pasado de una residencia en la alcaldía Tlalpan, donde cumplía prisión preventiva domiciliaria, medida que le fue impuesta mientras se resolvía su proceso de extradición a EE. UU. Su escape fue posible gracias a un túnel que comunicaba su casa con una propiedad contigua y a la destrucción del brazalete electrónico que portaba. Agentes de la Guardia Nacional, encargados de su vigilancia, sólo realizaban rondines por el exterior.
Las investigaciones apuntan a que tres personas externas lo ayudaron a huir, en una maniobra que ha sido comparada con la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán del penal de máxima seguridad del Altiplano en 2015.
El mismo día de su fuga, una Corte Federal de Georgia emitió una nueva orden de aprehensión en su contra por presunto lavado de al menos 20 millones de dólares entre 2020 y 2021.
Posteriormente, la Fiscalía General de la República solicitó una orden de aprehensión en México por el delito de “resistencia de particulares”, debido a la remoción de su dispositivo de localización. Sin embargo, un juez del Reclusorio Oriente se declaró incompetente, decisión que fue impugnada por la FGR.
Zhi Dong Zhang fue detenido originalmente el 30 de octubre de 2024 en una operación conjunta de la FGR, Marina, Ejército y el Centro Nacional de Inteligencia, en una residencia de Lomas de Santa Fe, Ciudad de México. A pesar de la oposición del Ministerio Público, un juez cambió la medida cautelar a arresto domiciliario, lo que facilitó su posterior fuga.
El gobierno de Estados Unidos lo acusa de participar en la exportación y distribución de más de mil kilogramos de cocaína, mil 800 kilos de fentanilo y 600 kilos de metanfetaminas. Además, es considerado una figura clave en la logística de distribución de precursores químicos para los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, catalogados como organizaciones terroristas por la administración Trump.









