China respondió con firmeza a los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos, asegurando que no se dejará intimidar y que ignorará las provocaciones comerciales de Washington. En rueda de prensa ofrecida este miércoles 16 de abril de 2025, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Li Jian, acusó a EE. UU. de iniciar la guerra arancelaria y defendió las contramedidas tomadas por su país como “legales y necesarias”.
Li afirmó que la postura de China ha sido clara desde el inicio del conflicto: no busca una guerra comercial, pero tampoco le teme. Aseguró que las medidas tomadas son una respuesta proporcional para defender los intereses legítimos de China y el principio de justicia internacional.
“El gobierno estadounidense ya impone tarifas adicionales del 125 por ciento a productos chinos, mientras que nosotros hemos anunciado medidas equivalentes”, declaró el vocero. Sin embargo, advirtió que continuar por esa vía llevará a un punto sin retorno. “Si Estados Unidos sigue subiendo los aranceles, esto dejará de tener sentido económico y se convertirá en una broma en la historia de la economía mundial”, sentenció.
Li Jian también fue enfático al asegurar que, a partir de ahora, Beijing dejará de prestarle atención al “juego arancelario” impulsado por la Casa Blanca. No obstante, dejó claro que China tomará nuevas acciones si sus intereses siguen siendo vulnerados por Washington.
En respuesta a las declaraciones de la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre —quien dijo que “la pelota está del lado de China”—, Li envió un mensaje claro: “Si Estados Unidos realmente quiere resolver este problema, debe abandonar el sistema de máxima presión, dejar de amenazar y chantajear, y sentarse a dialogar en igualdad de condiciones”.
El vocero reiteró que la posición de China sigue siendo la misma: buscar una cooperación basada en el respeto mutuo, la equidad y el beneficio compartido. Pero también dejó en claro que no cederán ante presiones unilaterales ni chantajes económicos.
Estas declaraciones se producen en medio de un nuevo aumento de tensiones, luego de que la Casa Blanca anunciara aranceles del 245 por ciento a productos de origen chino. Para Beijing, estas acciones no solo son desproporcionadas, sino perjudiciales para la estabilidad económica global.