La inminente declaración de culpabilidad de Ismael “El Mayo” Zambada ante una corte federal en Nueva York marca un cambio en la lucha por el control del Cártel de Sinaloa. La batalla interna entre las facciones rivales se traslada ahora a los tribunales estadounidenses, donde los líderes buscan protección e influencia a través de acuerdos judiciales.
Zambada comparecerá el próximo 25 de agosto ante el juez Brian Cogan, tras llegar a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos. Este paso lo coloca en la misma ruta que Ovidio Guzmán López, quien se declaró culpable en julio en una corte de Chicago, también como testigo cooperante.
De acuerdo con expertos en seguridad como David Saucedo, la dinámica del crimen organizado cambia drásticamente al abrirse un frente judicial donde las confesiones pueden desequilibrar el poder entre las facciones internas. La información que aporten Zambada y Guzmán López será utilizada para debilitar a sus rivales dentro del mismo cártel.
El exdirector de operaciones internacionales de la DEA, Mike Vigil, señaló que Zambada, de salud frágil, probablemente busca asegurar una sentencia más benigna, con condiciones que le garanticen calidad de vida en prisión, donde podría pasar sus últimos años.
Una vez que el capo se declare culpable, el juez fijará un plazo —posiblemente de hasta seis meses— para que Zambada entregue información valiosa. Con base en eso, los fiscales recomendarán una condena específica.
La lucha interna del Cártel de Sinaloa enfrenta a la facción de Los Chapitos, liderada por Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, contra el ala de La Mayiza, heredada por Ismael Zambada Sicairos (alias Mayito Flaco), hijo de El Mayo.
Saucedo advirtió que las confesiones de Zambada y Ovidio Guzmán no solo afectarían a sus enemigos internos, sino que podrían exponer a políticos, empresarios, policías y operadores financieros que han colaborado con el cártel. Según el experto, El Mayo ya no tiene mucho que perder.
Por su parte, Ovidio Guzmán enfrenta también una etapa crítica: tiene pocos meses para cumplir con su acuerdo de cooperación antes de recibir sentencia. Mientras tanto, ha logrado que al menos 17 familiares obtengan protección en territorio estadounidense.
Según Saucedo, el Departamento de Justicia estadounidense explotará las rivalidades internas para obtener la mayor cantidad de información de cada bando. Los Chapitos, además, han forjado alianzas con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), lo que los convierte en un objetivo prioritario.
La justicia estadounidense se convierte así en el nuevo campo de batalla del narcotráfico, donde ya no manda la fuerza armada, sino la capacidad de delatar. Las cortes federales son ahora el escenario donde se redefine el futuro del Cártel de Sinaloa.