El uso de drones y otros tipos de armas avanzadas durante la guerra en Ucrania ha intensificado el interés de diversos países por las armas autónomas, conocidas como robots asesinos, que son consideradas el futuro de la guerra.
De acuerdo con un artículo escrito recientemente por James Dawes, experto en derechos humanos del Macalester College y autor de “The Novel of Human Rights” (Harvard University Press, 2018), incluso Estados Unidos ha mostrado un mayor interés en las armas autónomas.
El ejército de EE. UU. está intensificando su compromiso con el desarrollo y uso de armas autónomas, como lo confirma una actualización de una directiva del Departamento de Defensa. La actualización, lanzada el 25 de enero de 2023, es la primera en una década que se centra en las armas autónomas de inteligencia artificial.
Este interés de Estados Unidos sigue un plan de implementación relacionado publicado por la OTAN el 13 de octubre de 2022, que tiene como objetivo preservar la “ventaja tecnológica” de la alianza en lo que a veces se denomina “robots asesinos”.
En la actual guerra librada en ucrania se han utilizado por primera vez algunas armas autónomas y otras que pueden ser operadas por humanos a distancia, como drones que atacan infraestructura enemiga, drones que cazan a dispositivos similares, vehículos terrestres no tripulados y municiones merodeadoras que rastrean y se detonan en los objetivos.
Dewes destaca que a medida que aumentan las bajas en Ucrania, también aumenta la presión para lograr ventajas decisivas en el campo de batalla con armas totalmente autónomas: robots que pueden elegir, cazar y atacar a sus objetivos por sí mismos, sin necesidad de supervisión humana.
Es por ello que los defensores de los sistemas de armas totalmente autónomos argumentan que la tecnología mantendrá a los soldados fuera de peligro al mantenerlos fuera del campo de batalla. También permitirán que las decisiones militares se tomen a una velocidad sobrehumana, lo que permitirá mejorar radicalmente las capacidades defensivas.
Organizaciones piden prohibir este tipo de armas
Críticos como The Campaign to Stop Killer Robots han estado abogando durante más de una década por prohibir la investigación y el desarrollo de sistemas de armas autónomos, pues preven que en un futuro los sistemas de armas autónomos podrían estar diseñados específicamente para atacar a los humanos, no solo a los vehículos, la infraestructura y otras armas.
Argumentan que las decisiones en tiempos de guerra sobre la vida y la muerte deben permanecer en manos humanas. Entregarlos a un algoritmo equivale a la última forma de deshumanización digital.
Junto con Human Rights Watch, The Campaign to Stop Killer Robots argumenta que los sistemas de armas autónomos carecen del juicio humano necesario para distinguir entre civiles y objetivos militares legítimos.
Las organizaciones argumentan que los militares que invierten más en sistemas de armas autónomos están lanzando al mundo a una nueva carrera armamentista costosa y desestabilizadora. Una consecuencia podría ser que esta nueva tecnología peligrosa caiga en manos de terroristas y otros fuera del control del gobierno.