El exdirigente del Partido Acción Nacional en Coahuila, Jesús de León Padilla dejó la titularidad del partido albiazul, otorgando un legado de malas decisiones, deserciones, pésimo manejo de crisis y poco liderazgo.

Durante el tiempo que encabezó al grupo, Acción Nacional cayó hasta el tercer puesto de fuerzas políticas en la localidad, superado fácilmente por Morena y muy por debajo de la aceptación del PRI.

Las últimas encuestas de la casa Massive Caller hacen mas evidente el rechazo de la gente con en partido, colocando la intensión del voto al PAN para las elecciones locales del 2023 con tan solo el ocho por ciento de la preferencia, una brecha enorme si comparamos la aceptación del PRI, superior a los 33 puntos porcentuales.

Los escándalos dentro de la Administración de Jesús Tello fueron una constante, ejemplo de ello fue cuando la candidata a la alcaldía, Tere Romo, lo denunció por violencia política de género. La queja fue desechada por el comité interno, partiendo al PAN en fracciones y evidenciando la falta de unidad.

Apenas en junio del año pasado, miembros activos del partido pidieron la destitución de Chuy de León como dirigente, esto a raíz de los resultados de la elección para alcaldías y diputados en Coahuila.

“El PAN ha obtenido resultados raquíticos. Hay una desatención en todos los comités municipales y nuestro dirigente representa la ausencia de la vida institucional”, señaló Juan Antonio García Villa, miembro del albiazul.

A pesar de lo que el ahora exdirigente apuntara como “unidad rumbo al proceso de selección”, la realidad es que el comité seleccionador se encontraba desfragmentado en el momento en el que eligieron a Marko Cortés Mendoza como nuevo dirigente.

El PAN ha anunciado que para el 2023 evalúan ir en alianza con el PRD o el PRI en la contienda electoral, sin tomar en cuenta que el porcentaje que aportarían a la coalición no es del todo benéfico, pero si representa su única oportunidad para seguir figurando de manera local.