Veinticinco trabajadores migrantes de origen mexicano y centroamericano fueron detenidos por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Pennsylvania mientras se dirigían a su lugar de trabajo. La Coalición de Inmigración de Pensilvania denunció que los arrestos ocurrieron tras una posible vigilancia previa por parte de las autoridades federales en la obra donde laboraban.

La detención ocurrió la mañana del martes en dos operativos separados. En el primero, un policía estatal detuvo un vehículo en una carretera del estado y solicitó la identificación del conductor y los pasajeros. Después de entregar sus documentos, agentes de ICE intervinieron y arrestaron a 22 personas. Solo un trabajador, ciudadano estadounidense, fue liberado.

Una hora más tarde, otro grupo de agentes detuvo a tres trabajadores latinos que viajaban en un segundo vehículo. Según informó la Red de Respuesta Rápida del condado Centre, los tres obreros también formaban parte del equipo de construcción del hospital Mount Nittany.

La directora ejecutiva de la Coalición de Inmigración de Pensilvania, Jazmine Rivera, indicó que al menos algunos de los detenidos fueron trasladados al Centro de Procesamiento de Moshannon Valley. Sin embargo, aún no se ha logrado identificar plenamente a todos los arrestados.

Rivera explicó que, días antes del operativo, varios trabajadores habían notado la presencia sospechosa de agentes en las inmediaciones de la obra y temían estar siendo vigilados. Denunciaron que ICE habría seguido a los obreros al finalizar sus jornadas, lo que facilitó su localización al día siguiente.

Ante estos hechos, organizaciones como la Red de Respuesta Rápida, el Frente de Defensa del Pueblo y el Comité Estudiantil para la Defensa y la Solidaridad han comenzado a patrullar las zonas afectadas para prevenir nuevos actos de “violencia institucional” por parte de las autoridades migratorias.

“La comunidad del condado de Centre, incluidos trabajadores que viajan desde Virginia y Maryland, está ahora aterrorizada”, advirtió Rivera. “Es nuestra responsabilidad defender los derechos humanos y garantizar que todas las personas sean tratadas con dignidad. Los inmigrantes merecen vivir sin temor a la discriminación ni la exclusión”, agregó.