Cruz Azul vivió una noche espantosa en la cancha con una goleada a manos de Rayados, pero en la tribuna sus aficionados también dieron pena porque por culpa del grito homofóbico detuvieron la Semifinal de Concachampions y los jugadores se fueron a los vestidores durante 10 minutos.
Fueron cuatro ocasiones en las que el infame grito despectivo apareció en los despejes del portero argentino de Monterrey, Esteban Andrada, por lo que el silbante César Arturo Ramos Palazuelos tuvo que detener el juego en dos oportunidades en un lapso de no más de siete minutos.
Primero fue a eso del minuto 60 que se hizo la recomendación a los aficionados de abstenerse de gritar «¡Eh puto!» con un parón momentáneo de las acciones. Tras ese momento se reanudó el duelo, pero la reincidencia de los seguidores de Cruz Azul obligó al árbitro a mandar a todos al vestuario en el minuto 65.
Se detuvo por segunda vez el juego y Ramos Palazuelos pidió que se fueran a los vestidores entre rechiflas y gritos de los seguires celestes.
— Abigail Parra 🇲🇽🌵 (@bigail_Parra) September 17, 2021
Minuto 68. pic.twitter.com/JVrbOVfSLv
Durante los más de 10 minutos en que se detuvieron las acciones, elementos de seguridad invitaron a varios seguidores de la Máquina a retirarse del Estadio Azteca, así como a algunos hinchas de Rayados ubicados en una de las cabeceras para evitar encontronazos y desmanes.
El partido se reanudó con el cronómetro en 64:14 con menos gente en la tribuna, ya que otros tantos se fueron voluntariamente del inmueble al ver que su equipo tenía una desventaja de cinco goles en el global.