El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, analiza otorgar exenciones a los aranceles impuestos a importaciones de autopartes, acero y aluminio, además de implementar una estrategia escalonada en los gravámenes dirigidos a China. Esta posible flexibilización de la política comercial generó una reacción positiva inmediata en los mercados financieros.

Según el Financial Times, fuentes cercanas al proceso revelaron que la Casa Blanca considera eximir a las autopartes de los aranceles como respuesta a las presiones del sector automotriz, el cual ha advertido sobre el impacto económico negativo de las tarifas actuales.

Además, se estudia revisar los aranceles aplicados al acero y al aluminio, materiales fundamentales para la industria manufacturera. No obstante, el gobierno mantendría el arancel del 25 % a automóviles importados y un impuesto similar a autopartes que entrará en vigor el próximo 3 de mayo.

En paralelo, la administración Trump evalúa un enfoque más gradual respecto a China. De acuerdo con The Wall Street Journal, los aranceles podrían variar entre el 50 % y el 65 %, en lugar del 125 % inicialmente propuesto. Esta estrategia contemplaría una aplicación progresiva a lo largo de cinco años.

El nuevo esquema también clasificaría los productos según su importancia: los no esenciales pagarían un 35 %, mientras que los considerados estratégicos para la seguridad nacional podrían enfrentar un gravamen de hasta el 100 %.

Desde el sector automotriz, Mike Spagnola, presidente de la Asociación del Mercado de Equipos Especializados (SEMA), advirtió que las pequeñas y medianas empresas han sido las más golpeadas por los aranceles. “Las Pymes están enfrentando problemas de flujo de efectivo, retrasos en pagos y reducción de inventarios”, declaró.

La expectativa de una distensión comercial tuvo un efecto positivo en Wall Street. El Nasdaq subió 2.50 %, el S&P 500 avanzó 1.67 % y el Dow Jones cerró con una ganancia de 1.07 %.