La reciente sanción del Departamento del Tesoro de Estados Unidos contra el cantante Ricardo Hernández Medrano, conocido como El Makabelico, y el proceso judicial que enfrenta el productor Ángel del Villar, fundador de DEL Records, han destapado una red de lavado de dinero que conecta a la industria musical regional mexicana con el crimen organizado.
Según las autoridades estadounidenses, tanto DEL Records como artistas asociados han sido utilizados para ocultar recursos ilícitos de organizaciones criminales como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel del Noreste (CDN), mediante conciertos, regalías digitales y otros servicios artísticos.
El Departamento del Tesoro detalló que hasta el 50% de las ganancias digitales de El Makabelico eran transferidas directamente a la estructura financiera del CDN. En respuesta a la sanción, plataformas como YouTube eliminaron su canal oficial, marcando un precedente inédito contra un músico mexicano por vínculos con el crimen organizado.
En el caso de DEL Records, la detención de Ángel del Villar en 2022 y los cargos presentados por el FBI revelaron acuerdos con operadores financieros del CJNG, como Jesús “Chucho” Pérez, y su empresa Gallística Diamante. A través de la organización de conciertos y la compra masiva de boletos, se legitimaban fondos ilegales como ingresos del entretenimiento.
El modelo también implicaba a empresas filiales como DEL Entertainment, DEL Publishing y DEL Studios, que diversificaban la ruta del dinero y complicaban su rastreo. Los registros judiciales incluyen transferencias electrónicas, renta de aeronaves y comunicaciones internas entre empleados de la disquera que instruían mantener compromisos con promotores vinculados al narco.
Uno de los casos más ilustrativos fue el del cantante Gerardo Ortiz, representado por DEL Records, quien participó en 19 conciertos organizados por “Chucho” Pérez, recibiendo alrededor de 1.5 millones de dólares. Ortiz declaró ante una corte haber sido presionado por Del Villar para presentarse, pese a advertencias del FBI.
Además de los conciertos, las plataformas digitales jugaron un papel central en el caso de El Makabelico, cuyos ingresos por streaming eran canalizados hacia el CDN, según las investigaciones estadounidenses. Estos mecanismos muestran cómo la música también ha sido utilizada como vehículo de blanqueo de capitales.
DEL Records, fundado en 2008 en Los Ángeles, impulsó la carrera de figuras clave del regional mexicano, entre ellos Gerardo Ortiz, Ariel Camacho, Luis Coronel, Eslabón Armado y otros, muchos de ellos premiados en ceremonias como los Billboard y Lo Nuestro. Estos reconocimientos dieron legitimidad pública y facilitaron que la fachada artística ocultara operaciones ilegales.
Las investigaciones exponen cómo la industria musical ha sido instrumentalizada para fines criminales, dejando ver una relación simbiótica entre cultura popular y estructuras financieras del narcotráfico. El caso plantea el desafío de separar el éxito cultural de los intereses delictivos que lo financian.









