Ciudad del Vaticano a 16 de Diciembre de 2025.- El Papa León XIV recibió este lunes a las delegaciones que donaron el pesebre del Aula Pablo VI, así como el árbol y el pesebre instalados en la plaza de San Pedro, con motivo de las celebraciones navideñas.
Durante el encuentro, el Pontífice expresó su agradecimiento a la delegación de la diócesis de Nocera Inferiore-Sarno, responsable del pesebre de la plaza, así como a las empresas, trabajadores y colaboradores que participaron en su elaboración, destacando su esfuerzo por unir arte y espiritualidad para reflejar la fe y las raíces culturales de su región.
Al referirse al significado del pesebre, León XIV subrayó que la escena de la Natividad recuerda a los peregrinos que Dios se hace cercano a la humanidad al hacerse uno de nosotros en la humildad de un niño. Señaló que, en la pobreza del establo de Belén, se contempla un profundo misterio de humildad y amor, que invita al silencio, la oración y al encuentro personal con Dios.
El Santo Padre destacó también a la Virgen María como modelo de “silencio adorante”, al explicar que, a diferencia de los pastores que anunciaron lo que habían visto, María guardaba y meditaba los acontecimientos en su corazón, en una actitud de asombro y adoración.
Asimismo, el Papa dirigió un mensaje a la delegación de la diócesis de Bolzano-Bressanone, donante del abeto rojo instalado en la plaza de San Pedro. Indicó que el árbol es un símbolo de vida y esperanza que permanece incluso en el invierno, y que sus luces representan a Cristo, luz del mundo, que disipa las tinieblas y guía el camino de la humanidad.
León XIV también se refirió al pesebre del Aula Pablo VI, procedente de Costa Rica y titulado Nacimiento Gaudium. Explicó que las 28 mil cintas de colores que lo conforman simbolizan vidas preservadas del aborto gracias a la oración y al apoyo de organizaciones católicas a madres en situación de vulnerabilidad, agradeciendo a la artista costarricense por unir el mensaje navideño con un llamado a la defensa de la vida desde la concepción.
Para concluir, el Pontífice afirmó que el pesebre y el árbol son signos de fe y esperanza, e invitó a pedir a Dios la renovación del don de la paz y la fraternidad. Asimismo, pidió oraciones por quienes sufren a causa de la guerra y la violencia, y de manera especial por las víctimas del atentado terrorista ocurrido recientemente contra la comunidad judía en Sídney.
Finalmente, exhortó a los fieles a dejar que la ternura del Niño Jesús ilumine sus vidas y que el amor de Dios permanezca vivo en sus corazones, como las ramas de un árbol siempre verde.










