España pidió el martes un alto el fuego en Líbano y contención a todas las partes involucradas para detener la escalada bélica en la región y evitar «el peor de los escenarios».
«Seguimos con una preocupación máxima la escalada y la extensión del conflicto en Oriente Medio a Líbano. Este es un conflicto que se cobra cada día cientos de vidas humanas, la mayoría de ellas civiles e inocentes y que ha obligado a más de un millón de personas a desplazarse», afirmó el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España, José Manuel Albares.
En rueda de prensa tras la reunión semanal del Consejo de Ministros (gabinete), el ministro instó además a todos los actores regionales a actuar con la mayor responsabilidad y contención para evitar «el peor de los escenarios».
Resaltó que «para conseguir la paz solo hay un camino eficaz», el cual pasa por «el cumplimiento del derecho internacional, el respeto al derecho internacional humanitario, que exige la protección de los civiles, incluso en conflictos, el diálogo y el reconocimiento mutuo entre los distintos».
«No podemos resignarnos a que la guerra sea la forma normal de relacionarse entre los pueblos de Oriente Medio», dijo.
Señaló que «España ha condenado con firmeza los lanzamientos de misiles de Hezbolá sobre Israel, como condenamos el pasado 7 de octubre el ataque terrorista de Hamas, pero los recientes ataques de Israel también han costado la vida a más de 1.600 personas en Líbano, solo en los últimos días».
España, subrayó Albares, está firmemente comprometida con la aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que «sigue conteniendo al día de hoy todos los elementos necesarios para resolver esta crisis. Por eso la resolución debe ser aplicada íntegramente por las partes para poner fin al conflicto».
En cuanto a los ciudadanos españoles en Líbano, explicó que está previsto un plan de evacuación detallado, aunque no dio más información sobre el mismo por motivos de seguridad.