El Gobierno de México presentó un plan nacional para hacer del Mundial 2026 el evento más inclusivo y participativo en la historia del país. Autoridades federales y organizadores destacaron que la justa, compartida con Estados Unidos y Canadá, involucrará a los 32 estados de la República y no solo a las tres sedes oficiales: Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.

México se prepara para recibir, por tercera ocasión, la Copa Mundial de la FIFA, consolidándose como el único país en lograrlo. La organización de este torneo, considerado el más importante del planeta, busca proyectar la identidad, cultura y legado histórico del país ante millones de visitantes y televidentes de todo el mundo.

La capital mexicana será nuevamente sede del partido inaugural, mientras que Guadalajara y Monterrey completan el trío de ciudades anfitrionas. Sin embargo, el Gobierno federal ha subrayado que la celebración trascenderá los estadios, con una coordinación sin precedentes entre autoridades de los tres niveles de gobierno y el sector privado.

El plan integral de preparación incluye la modernización de aeropuertos y carreteras, además de la agilización de procesos migratorios para atender a más de 5.5 millones de visitantes adicionales. La seguridad y la protección civil ocupan un papel central, con estrategias interinstitucionales destinadas a garantizar un entorno seguro durante el torneo.

De acuerdo con la Agencia de Investigación Criminal (AIC), tres estadios mexicanos serán escenario de trece partidos del Mundial, mientras que se habilitarán diecisiete instalaciones adicionales como centros de entrenamiento. Estas sedes complementarias serán promovidas a nivel internacional como parte de la infraestructura oficial.

Uno de los ejes principales del proyecto es la inclusión. La coordinadora de los trabajos de la justa, Gabriela Cuevas, informó que más del 90% de los voluntarios seleccionados son mexicanos, reflejando el interés por hacer del Mundial una experiencia nacional. La directriz presidencial, afirmó, es clara: “Construir el evento más incluyente en la historia del país”.

Para ello se organizarán fiestas públicas y gratuitas bajo el nombre “México 2026”, donde se transmitirán los partidos y se ofrecerán actividades culturales y recreativas en las 32 entidades federativas. La meta es que el fútbol llegue a colonias, barrios y comunidades, convirtiéndose en un motivo de unión y orgullo colectivo.

Las autoridades destacan que el Mundial representa una oportunidad para fortalecer el sentido de pertenencia y proyectar la imagen de México ante el mundo. No se trata solo de un torneo deportivo, sino de una celebración del legado cultural, la identidad y los sueños compartidos de la sociedad mexicana.

En el ámbito económico, el Gobierno estima una derrama de entre 1.8 y 3 mil millones de dólares, que se traducirá en beneficios para la población a través de la generación de empleos, la promoción turística y el impulso al comercio local. Se prevé que el evento deje un legado positivo en infraestructura, cohesión social y proyección internacional.

Con este plan, México busca demostrar su capacidad de organización y reafirmar su papel como un país hospitalario, diverso y apasionado por el fútbol. “El Mundial 2026 será el mejor de la historia”, afirmaron los organizadores.