Tom Brady y su inconmensurable figura volvió a tener otra noche soñada en el gran escenario de la NFL, liderando a los Buccaneers al segundo título de su historia.
Los pupilos de Bruce Arians montaron un plan de juego perfecto para presionar a Patrick Mahomes y sacarlo de su zona de confort, facilitando una victoria por 31-9 en la edición 55 del Super Bowl.
De esta forma los Jefes de Kansas City cedieron su trono a manos de un Brady que se proclamó campeón por séptima ocasión en su carrera, la primera fuera de Nueva Inglaterra. De paso, a sus 43 años, confirmó que aún es el mariscal de campo más determinante de la liga, respaldado por una defensiva que completó unos playoffs muy por encima de su nivel.
Cuando chocan dos de los ataques más explosivos de la liga en el Super Bowl no es sinónimo de duelos de muchos puntos, y la edición 55 lo puso de manifiesto. Fueron las defensivas las que marcaron el ritmo durante el primer cuarto, hasta que apareció Tom Brady y esa figura que se engrandece en los momentos de presión.
Tras despejar en su primera oportunidad, a partir de la segunda serie le tomó el ritmo a la unidad dirigida por Steve Spagnuolo y empezó a mover el ovoide una y otra vez, ya sea por tierra o por aire encontraron la zona prometida en tres oportunidades durante la primera mitad, dos de ellas cortesía del histórico Rob Gronkowski.
Mientras Tampa Bay se mostraba tal lo planeado durante las dos semanas previas al “gran juego”, los representantes de la Conferencia Americana lucieron irreconocibles. A la defensiva les faltó el oportunismo que los ha caracterizado en los últimos años, mientras que Patrick Mahomes firmó su peor partido como profesional. Y no fue ninguna casualidad, una línea mermada lo condicionó a lo largo de los 60 minutos de la contienda.
La ausencia del tacle Eric Fisher le pasó factura a unos Chiefs que fueron incapaces de darle tiempo a su estelar quarterback. Mahomes no logró superar las 100 yardas durante la primera mitad y se tuvo que conformar con dos goles de campo.
Si bien el ataque de Kansas City no respondía, fueron los defensivos quienes hicieron méritos para irse alejando en el marcador. Siete castigos durante la primera mitad, seis de ellos regalando el primero y diez, les costó dos anotaciones para el delirio de la gran mayoría de los aficionados que se dieron cita en el Raymond James Stadium.
Con ventaja de 15 puntos al medio tiempo, el complemento empezó con el mismo guion. Mahomes siguió sin contar con tiempo en la bolsa de protección y los Buccaneers interceptaron el primer ovoide de la noche, mientras que el corredor Leonard Fournette sumó otro acarreo hasta la zona prometida.
Un juego de tres posesiones de diferencia entrados al último cuarto parece misión imposible, inclusive para un ataque liderado por Mahomes que fue la sombra del que se presentó en los 18 compromisos previos de la campaña.
Todavía los Jefes iban a tener una última oportunidad, pero los confiables receptores de Kansas City dejaron caer más de un pase que acabó con sus esperanzas de defender su corona.
Fue una vez más Tom Brady el que sacó la mejor parte en su escenario favorito, el que sigue dominando a placer.
Información vía: El Sol de México