Un hombre armado mató a cuatro personas y se suicidó en un edificio de oficinas en Manhattan, luego de presuntamente intentar atacar la sede de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL), informaron autoridades locales. El agresor, identificado como Shane Tamura, de Las Vegas, se equivocó de elevador y abrió fuego en otro piso del inmueble.
El hecho ocurrió la tarde del lunes en el edificio ubicado en 345 Park Avenue, una de las zonas más transitadas de Nueva York. Según el alcalde Eric Adams, Tamura tenía la intención de llegar a las oficinas de la NFL, pero terminó en otra área del edificio, donde comenzó a disparar con un rifle M4.
Entre las víctimas se encuentra el oficial Didarul Islam, un agente fuera de servicio del Departamento de Policía de Nueva York, quien fue asesinado en el vestíbulo. También murió Wesley LePatner, ejecutiva de la firma de inversiones Blackstone, además de otras dos personas cuya identidad aún no ha sido revelada.
Tamura dejó una nota incoherente en la que afirmaba padecer encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad neurodegenerativa asociada con lesiones cerebrales repetidas, comunes en deportes como el futbol americano. A pesar de haber jugado en la preparatoria hace dos décadas, nunca fue parte de la NFL.
El comisionado de la liga, Roger Goodell, confirmó que un empleado de la NFL resultó gravemente herido en el ataque, aunque se encuentra estable. En un memorándum, expresó su agradecimiento a los cuerpos de seguridad y rindió homenaje al oficial Islam por su sacrificio.
La comisionada de policía Jessica Tisch detalló que Tamura llegó a la ciudad poco antes del tiroteo, lo que ha dificultado las investigaciones. Además, criticó las leyes laxas sobre armas en otros estados, que permiten a individuos adquirir armamento de alto poder, incluso si se trasladan a ciudades con regulaciones más estrictas como Nueva York.
Las cámaras de seguridad captaron a Tamura saliendo de un BMW estacionado en doble fila, ingresando al edificio con su rifle, y disparando primero en el vestíbulo. Después, tomó el ascensor hasta el piso 33, donde asesinó a otra persona y se quitó la vida.
Este ataque ocurre a solo unas cuadras de donde, en diciembre pasado, fue asesinado el director ejecutivo de UnitedHealthcare, en otro incidente vinculado al enojo social contra las grandes corporaciones. Ambos casos han reavivado la discusión sobre la seguridad en zonas empresariales de alto perfil.
Las autoridades honraron la memoria del oficial Islam, de 36 años y originario de Bangladesh, cubriendo su cuerpo con la bandera de la policía y escoltándolo con honores. “Murió como vivió: como un héroe”, declaró la comisionada Tisch.
