El actor Ignacio López Tarso mejora tras ser ingresado en el hospital con una oclusión intestinal y neumonía. El estado del primer actor fue calificado ayer de grave pero estable; sin embargo, su hijo Juan Ignacio Aranda dijo el martes que afortunadamente sigue mejorando.
«Mi padre tiene EPOC desde hace algunos años. Fue buen fumador y un buen bebedor, un actor que durante muchos años vivió intensa y activamente su vida”, dijo Juan Ignacio Aranda a las afueras de un hospital privado de la CDMX.
Aunque los problemas de salud de su padre han comenzado a mejorar, Aranda explicó que la condición de su padre aún es delicada. Incluso mencionó que su padre tiene presión arterial alta y una saturación de oxígeno por debajo de los niveles normales. “Está delicado, su corazón funciona, pero no al 100; su estómago con semi oclusión intestinal, eso implica que hay que tenerle cuidados especiales”, añadió.
El primer actor, afortunadamente, no ha desarrollado fiebre y la neumonía está casi completamente bajo control. Sin embargo, su problema estomacal sigue preocupando a sus médicos porque lo mantiene en estrecha observación y si no se recupera por completo, no se le puede dar de alta:
“Se puede ir a su casa con un tratamiento de neumonía. Se va canalizado y durante dos o tres días más le meten suero, electrolitos, medicamentos y antibióticos para quitarle definitivamente la neumonía”.
Los miembros del personal vigilan a López Tarso mientras continúa su terapia intermedia. Dependiendo de cómo evolucione, podría ser dado de alta este fin de semana: «Si acepta su alimento sólido lo suben al cuarto y sería estabilizarlo un par de días más. El sábado podría estar ya en su casa y ahí lo seguimos tratando, si fuera necesario».
Juan Ignacio aclaró que a pesar de todo, el actor nunca estuvo en peligro de perder la vida y que a pesar de sus 98 años y los efectos del envejecimiento, es un hombre fuerte y con mucho que ofrecer.