El gobierno de India, decidió cancelar las exportaciones de la vacuna contra el COVID-19 elaborada en ese país por los laboratorios de la farmacéutica AstraZeneca, para poder atender la demanda interna, ante el gran aumento de contagios de las últimas semanas.

Luego de este anuncio, y siendo este laboratorio el principal proveedor para el mecanismo COVAX, que implementó la ONU para abastecer de vacunas a los países más pobres del mundo, el jefe de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades africanos, John Nkengasong dijo en conferencia de prensa que siente «verdadera impotencia porque esta situación va a afectar significativamente nuestra capacidad de combatir este virus».

Además, comentó que ante la falta de vacunas, podría desatarse una guerra por las vacunas en la que «todos seremos perdedores» como humanidad.

Hasta el jueves, al menos 28 de los 54 países de África habían recibido más de 16 millones de dosis a través de COVAX.

Sin embargo, el COVAX sufre demoras debido tanto al suministro limitado de dosis como a problemas logísticos, por lo que algunos países, como Sudáfrica, el más afectado del continente, tratan de obtenerlas mediante acuerdos bilaterales o a través del programa de compras de la Unión Africana.

Desafortunadamente, aún existen 10 países del continente africano que aún no han recibido vacunas, según la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre los que se encuentran Tanzania, Burundi, Eritrea, Camerún y Chad.