Una misión de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos y ONU Mujeres visitó en la cárcel a la expresidenta ‘de facto’ de Bolivia, Jeanine Áñez, quien está acusada de genocidio, y confirmó que se autolesionó este sábado. La exmandataria refirió que se siente “físicamente debilitada y afectada emocionalmente”.
Así lo aseguró en un comunicado, luego de que la representante de la ONU, Yulia Babuzhina y otra funcionaria visitaran a la exmandataria en el Centro Penitenciario de Miraflores en la ciudad de La Paz.
“ONU Bolivia tuvo acceso inmediato e irrestricto al centro, pudiendo entrevistar a la señora Áñez de manera confidencial. Se constataron lesiones físicas autoinfligidas que requirieron atención médica” proporcionada por el propio centro penitenciario.
La misión señaló que aunque se están implementando algunas medidas, como permitir la visita de un familiar en las noches, “los estándares internacionales indican que las autoridades penitenciarias deben implementar estrategias integrales de atención y prevención de autolesión y suicidio para resguardar la vida, integridad y salud de las personas bajo su custodia”.
La abogada de la expresidenta, Norka Cuéllar, reveló que ésta presentaba tres cortes en la muñeca izquierda y otro en el antebrazo, heridas que fueron suturadas por un médico.
Tras conocerse la noticia, uno de los abogados de Áñez, Martín Camacho, criticó al ministro de Gobierno boliviano, Carlos de Castillo, por “insensible, inhumano, que habla de unos rasguños en la muñeca que tuviese la expresidenta Jeanine Áñez, cuando en realidad de lo que se trata es de un hecho grave: un intento de suicidio por la excesiva detención y al extremo que la han llevado a esta mujer, que está sufriendo”, según declaraciones al diario El Deber.