Una tragedia ha conmocionado a la comunidad de Saltillo, Coahuila, luego de que Renata “N”, una joven de 15 años, fuera hospitalizada en estado grave tras inducirse un aborto mediante el consumo de medicamentos controlados.

La menor, con un embarazo de 26 semanas, intentó interrumpir la gestación en su hogar, ubicado en la colonia Nuevo Mirasierra. Según los informes, ingerió al menos 15 pastillas de uso restringido, lo que le provocó una hemorragia severa que puso en peligro su vida y resultó en la pérdida del bebé.

Su estado de salud se agravó rápidamente, por lo que su familia la trasladó de urgencia a la clínica del IMSS, donde recibe atención médica especializada. Los doctores han señalado que su condición sigue siendo crítica debido a la magnitud de la hemorragia y las complicaciones derivadas del procedimiento no profesional.

Este caso expone los riesgos del uso de medicamentos sin supervisión médica, especialmente en situaciones de embarazo no deseado. Autoridades y expertos en salud han reiterado la importancia de acudir a instancias médicas autorizadas para evitar consecuencias fatales.

Las autoridades han iniciado una investigación y han expresado su preocupación ante el aumento de abortos clandestinos realizados sin las garantías necesarias para la salud de las personas involucradas.

Este trágico suceso subraya la necesidad de educación sexual integral y acceso a servicios de salud reproductiva de calidad para prevenir situaciones peligrosas y extremas como la que vivió Renata.