Las autoridades fueron alertadas de la muerte de María Fernanda Bustos en la calle Carlos Rovirosa de Saltillo el miércoles alrededor de las 22 horas.
Su abuelo, Miguel Bustos, encontró a su nieta con una soga al cuello en el baño y pidió ayuda para bajarla. A pesar de los esfuerzos del personal médico de la Cruz Roja, fue declarada muerta.
María, era adicta al cristal, dejó su marido y abandonó a su hijo de cinco años. Había salido de rehabilitación hace ocho meses.
La policía acordonó la calle mientras la fiscalía realizaba el levantamiento del cadáver y la autopsia.