Kimmel: “Silenciar comediantes es antiestadounidense”

“No se puede permitir que nuestro gobierno controle lo que decimos y lo que no decimos en televisión”, agregó ante los aplausos del público

El comediante y conductor Jimmy Kimmel criticó fuertemente al gobierno del expresidente Donald Trump tras su regreso a la televisión, luego de la suspensión temporal de su programa. Durante su monólogo de apertura, calificó como “antiestadounidenses” las presiones políticas para sacarlo del aire.

“La amenaza del gobierno de silenciar a un comediante que no le gusta al presidente es antiestadounidense”, dijo Kimmel visiblemente conmovido. “No se puede permitir que nuestro gobierno controle lo que decimos y lo que no decimos en televisión”, agregó ante los aplausos del público.

La polémica estalló luego de que el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Brendan Carr, advirtiera que se podría retirar la licencia a las filiales de ABC si no destituían a Kimmel. Tras esa declaración, Nexstar y Sinclair —empresas que controlan más de 50 estaciones en EE. UU.— retiraron el programa de su parrilla, y ABC anunció su suspensión.

La situación se agravó cuando Donald Trump celebró la suspensión y arremetió contra Kimmel en redes sociales. Acusó a la cadena ABC de favorecer a los demócratas y advirtió que “pondría a prueba” a la televisora, recordando que en el pasado recibió 16 millones de dólares de indemnización por una demanda de difamación contra el canal.

En su monólogo, Kimmel también se refirió al origen de la controversia: sus comentarios sobre el asesinato del activista de derecha Charlie Kirk, ocurrido el 10 de septiembre. El comediante aclaró que nunca tuvo la intención de minimizar el crimen ni de responsabilizar a ningún grupo específico, y expresó condolencias a la familia del fallecido.

La empresa Disney, propietaria de ABC, anunció el lunes que revertía la suspensión tras “conversaciones profundas con Jimmy”, permitiendo su regreso al aire el martes. Sin embargo, Sinclair y Nexstar se negaron a retransmitir el programa, por lo que la emisión permaneció fuera del aire en varios de los mercados televisivos más importantes del país.

Las restricciones provocaron una ola de críticas desde el mundo político y artístico. Cientos de figuras públicas, el Partido Demócrata e incluso algunas voces conservadoras condenaron lo que consideran un intento de censura desde el gobierno.

El caso se enmarca en un clima de creciente tensión entre Trump y los medios, agravado desde su regreso a la presidencia a principios de año. Desde enero, ha presentado varias demandas contra medios de comunicación y ha intensificado su retórica contra los programas que lo critican.

Kimmel concluyó su intervención con un mensaje en defensa de la libertad de expresión y la integridad del humor político: “Podemos disentir, pero no pueden quitarnos la voz”.

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