Ossama Hamad, jefe de una administración con base en el este del país, informó que más de 2.300 personas han perdido la vida debido a las inundaciones provocadas por la tormenta Daniel.
El epicentro de esta tragedia se encuentra en la ciudad de Derna, que ha sido la más afectada por la tormenta. Las autoridades locales indican que dos represas colapsaron sumergiendo gran parte de la urbe y dejando a muchos de sus residentes atrapados en sus hogares.
Por su parte, Ahmed Mismari, portavoz del Ejército Nacional Libio (LNA) con dominio en el este, dijo a la prensa que el rebosamiento de las represas arrasó «barrios enteros, con sus residentes hacia el mar» y cifró el número de desaparecidos entre 5.000 y 6.000, aunque este 12 de septiembre el estimado subió a 10.000.
El país está políticamente dividido entre el este y el oeste y el Gobierno internacionalmente reconocido de Trípoli no controla las zonas del este del país, por lo que las cifras divulgadas por Hamad y Mismari no han podido ser corroboradas oficialmente.
La tormenta tropical también ha causado estragos en otras ciudades costeras del este de Libia, como Benghazi, Sousse y Al-Marj.
Imágenes compartidas en redes sociales por residentes de la zona muestran la magnitud de la devastación: áreas enteras de bloques residenciales borradas por los altos niveles de agua, que alcanzaron los 3 metros, edificios de varios pisos colapsados y residentes atrapados entre vehículos sumergidos.
Abdulhamid al-Dbeibah, primer ministro del Gobierno interino en Trípoli, ha declarado a Derna como zona de desastre e instó a las agencias locales e internacionales a apresurarse con ayuda para el país. En medio de la catástrofe por el fenómeno natural, siete miembros del Ejército que participaban en labores de rescate están desaparecidos.
La crisis que vive el país se ha agravado aún más debido a la situación política y de seguridad en Libia. El país está dividido entre dos administraciones rivales desde 2014, lo que ha dificultado la coordinación y la respuesta efectiva a esta emergencia.
Devastación en Grecia, Turquía y Bulgaria
Las lluvias torrenciales causaron estragos previamente en Grecia, Turquía y Bulgaria en la última semana, dejando un saldo de al menos 18 personas muertas y un número significativo de desaparecidos. La emergencia afectó a varias comunidades con inundaciones, deslizamientos de tierra y destrucción de infraestructuras.
El corazón de Grecia, la región de Tesalia, fue el epicentro de esta catástrofe natural. Lluvias sin precedentes azotaron la zona durante cuatro días consecutivos, causando estragos en pueblos y ciudades. Hasta el momento, las lluvias provocaron la muerte de al menos seis personas y dejaron un rastro de destrucción a su paso.
Turquía también sufrió fuertes impactos debido a las lluvias. Una inundación repentina en un campamento en el noroeste del país, cerca de la frontera con Bulgaria, dejó al menos cinco personas muertas. Además, dos personas perdieron la vida en Estambul, donde las tormentas inundaron cientos de hogares y negocios.
En la costa sur del Mar Negro, Bulgaria también enfrentó los estragos de las tormentas. Dos personas que habían estado desaparecidas fueron encontradas sin vida, elevando el número total de muertes en Bulgaria a cuatro. La ciudad turística de Tsarevo declaró el estado de emergencia después de que vehículos fueran arrastrados hacia el mar por las inundaciones.
Se espera que la tormenta Daniel llegue al oeste de Egipto en los próximos días, lo que podría agravar aún más la situación en la región.
El clima extremo está golpeando con consecuencias catastróficas al mundo. Al menos ocho personas murieron en Europa tras fuertes tormentas, 31 personas fallecieron por las inundaciones en Brasil y más de 80 millones de estadounidenses están viviendo temperaturas abrasadoras y otra alerta por ola de calor. Todo ello se produce poco después de que el norte global viviera su verano más caluroso jamás registrado.
La magnitud de la devastación causada por la tormenta Daniel es otra muestra más de los crecientes riesgos climáticos a los que se enfrenta el mundo debido al cambio climático.