Entre 2024 y lo que va de 2025, la Liga MX Femenil enfrenta una preocupante tendencia: 29 futbolistas han sufrido lesiones de ligamento cruzado anterior (LCA), de las cuales 11 ocurrieron en los últimos cuatro meses. Esta lesión, una de las más graves en el deporte, se ha convertido en un “monstruo” difícil de erradicar en el futbol femenil mexicano.
José Periáñez, especialista en readaptación física del Club América Femenil, explicó que las mujeres tienen mayor predisposición a esta lesión debido a su anatomía. “El ángulo Q de la cadera femenina es más abierto, lo que genera una inclinación hacia adentro en las rodillas (valgo dinámico). Esta alineación provoca una rotación interna del fémur y eversión del pie, factores que influyen en el mecanismo de lesión del LCA”, detalló.
Por su parte, Ana Paola López, exjugadora profesional y actual representante de FIFpro, coincidió en que la biomecánica femenina es un factor clave, pero también señaló que la exigencia física, el número creciente de partidos y la falta de estudios específicos están agravando el problema. “La mayoría de estas lesiones ocurren sin contacto, lo cual indica que el cuerpo fatigado reacciona distinto. El calendario saturado podría estar influyendo”, explicó.
Ambos especialistas coinciden en la necesidad de un enfoque integral que combine el conocimiento anatómico con mejores condiciones de trabajo, prevención, estudios y una planificación más cuidadosa de los torneos. Mientras tanto, las jugadoras siguen siendo las principales afectadas por una lesión que no solo las aleja de las canchas, sino que también pone en riesgo su carrera.









