Ayer se produjo la mayor manifestación contra la impopular reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron en las calles de Francia, así como el comienzo de una huelga prorrogable en importantes industrias.
La mayor manifestación antireformista en tres décadas reunió, según el gobierno, a 128 millones de personas (30,5 millones, según la CGT). Este saldo es un poco superior al del 31 de enero cuando se movilizaron entre 1.27 millones de personas, según la policía, y 2.8 millones, de acuerdo con CGT.
Por otro lado, el sexto día de la protesta contra el endurecimiento de los requisitos para recibir una pensión completa fue agridulce para los organizadores, ya que menos personas se registraron para la huelga en el sector público que al inicio, el 19 de enero.
Al final del día, el frente sindical solicitó una reunión «urgente» con Macron, alegando que su «silencio ya no es posible», y exigió que se realicen dos protestas adicionales la semana siguiente (probablemente el miércoles), ambas durante momentos cruciales.
Las encuestas muestran que dos tercios de los ciudadanos franceses no están de acuerdo con su propuesta de adelantar el requisito de 43 años de cotización (en lugar de los 42 años actuales) para recibir una pensión completa hasta 2027 y elevar la edad de jubilación de 62 a 64 años por 2030. 43 personas fueron detenidas en París, donde se produjeron enfrentamientos aislados entre manifestantes y personal de seguridad.
Marsella, Niza y otras ciudades vieron manifestaciones en las calles. En Nantes, Rennes y Lyon hubo pequeños encontronazos con la ley.
Al comenzar el día, hubo carreteras bloqueadas desde Rennes en el oeste hasta Perpiñán en el sur, suspensión de envíos de combustible en todas las refinerías, una huelga de recolectores de basura, escuelas cerradas y trenes y vuelos cancelados.
Más de 2.000 viviendas quedaron sin electricidad en Annonay (sureste), un barrio que Olivier Dussopt, el ministro de Trabajo, considera suyo.
Tres de las cuatro terminales de metano fueron cerradas por «siete días» el lunes debido a las acciones de los huelguistas, y desde el viernes, la producción de electricidad de las centrales nucleares se ha reducido.
Tanto el servicio de trenes como el sistema de transporte público parisino experimentarán más huelgas el miércoles y el jueves.