En 2019, el nombre del artista Maurizio Cattelan apareció en las tapas de todos los diarios y portales de noticias del mundo. Esto fue consecuencia de su presentación en la exposición Art Basel de Miami. Su obra consistía en una banana adherida a la pared con cinta adhesiva gruesa y plateada. La misma se vendió en 120.000 dólares. La cuestionada obra llevó el nombre de “Comediante”.
Al italiano le llovieron críticas provenientes de todas las esferas sobre si su obra era arte o simplemente un fraude. Después, recibió diversas acusaciones de derechos de autor de distintos artistas, uno de ellos fue Joe Morford, que afirmaba que Cattelan plagió y copió indebidamente “Banana & Orange”, que registró en la Oficina de derechos de autor de EE. UU. en 2000. La pieza, de la serie “Sculptures: Still Life” de Morford, consta de dos paneles rectangulares uno con una naranja en el centro unida con cinta adhesiva gris, el de abajo con una banana en el centro unida con cinta adhesiva gris. También se utilizó cinta alrededor de los bordes, creando un díptico vertical.
Ahora, el juez Richard N. Scola falló a favor del italiano en la demanda civil presentada contra él en 2021 por Morford, un artista de Glendale (California) que sostenía haber sido el pionero de colocar frutas en las paredes.
Morford sostuvo que comenzó estas intervenciones alrededor del año 2000, por lo que el italiano debió inspirarse en su trabajo para sus piezas, pero el juez consideró que “fijar una banana a un plano vertical usando cinta adhesiva” no está protegido por la ley de derechos de autor.
En su decisión, el juez Scola destacó varias características que distinguían las dos obras. En particular, “Banana & Orange” tiene un fondo verde y un borde de cinta adhesiva, y la banana estaba colocada en un ligero ángulo con respecto a la horizontal. En cambio, “Comediante”, de Cattelan no tiene fondo específico, ni borde, y su ángulo es mucho mayor. El hecho de que ambas obras presentaran bananas con el tallo a la izquierda era, por tanto, “insignificante e insuficiente para apoyar una conclusión de copia legal”, escribió.
“Un demandante no puede probar el acceso solo demostrando que una obra se ha difundido en lugares o entornos en los que el demandado puede haber dado con ella”, determinó Scola en el comunicado difundido por el medio especializado en arte. “En ninguna parte Morford es capaz de demostrar que Banana and Orange gozara de un nivel de popularidad particular o significativo; de hecho, las pruebas citadas apoyan la conclusión contraria, que siguió siendo una obra relativamente oscura con una publicación muy limitada.”