Las redadas contra migrantes y las protestas en su contra se han intensificado en distintos puntos de Estados Unidos, con cientos de detenidos y manifestaciones masivas en ciudades como Los Ángeles, Omaha, Nueva York y Washington D.C. Solo en California, al menos 300 personas han sido arrestadas, según datos de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (CHIRLA).
En Omaha, Nebraska, una operación del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) dejó entre 75 y 80 detenidos en una planta procesadora de carne. La redada generó pánico entre la comunidad migrante, provocó el cierre de negocios y desencadenó protestas de familiares y residentes locales. En algunos casos, los manifestantes intentaron impedir el traslado de los arrestados por parte de las autoridades.
La directora de CHIRLA, Angélica Salas, calificó las redadas como “algo nunca antes visto” en sus 30 años de defensa de los inmigrantes. De acuerdo con la organización, la mayoría de los detenidos en California serían trabajadores del área de Los Ángeles. Los reportes provienen de la Red de Respuesta Rápida, integrada por decenas de colectivos que monitorean la actividad de ICE.
En respuesta al aumento de las tensiones, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, decretó un toque de queda entre las 20:00 horas del martes y las 6:00 del miércoles, tras reportes de saqueos en 23 negocios la noche anterior. Solo el martes, la policía arrestó a 197 personas en la ciudad.
Por su parte, el gobernador de California, Gavin Newsom, responsabilizó al presidente Donald Trump de “inflamar” la situación con el despliegue de miles de militares, lo que —afirmó— ha provocado más protestas y disturbios en el estado.
Las manifestaciones se han multiplicado en ciudades como Seattle, Austin, San Francisco, Chicago, Nueva York y Washington D.C., donde miles de personas salieron a las calles a protestar contra ICE. Los manifestantes bloquearon avenidas y se congregaron frente a edificios federales, mientras los organizadores planean nuevas acciones de mayor magnitud para el sábado, bajo el lema “No Kings”, en coincidencia con un desfile militar anunciado por Trump en la capital estadounidense.