A dos años de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), el puerto aéreo de Santa Lucía no se puede explicar sin la donación de material de la fallida obra de Texcoco en favor de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que usará acero, tezontle y prácticamente todo lo quiera, para edificar el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Fue la noche del 28 de octubre de 2018 cuando se puso fin, con la ‘Consulta popular’ al aeropuerto en Texcoco, una obra impulsada por Enrique Peña Nieto y que fue calificada por el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, como un ‘barril sin fondo’.
El Financiero obtuvo, a través de solicitudes de transparencia, información sobre el desmantelamiento del NAIM en Texcoco que, mediante un contrato de donación por parte del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM), cedió de forma gratuita tezontle, acero, material hidráulico, eléctrico y sanitario, además de campamentos, a la base aérea militar de Santa Lucía para su edificación a partir del 16 de diciembre de 2019 y hasta el 2021.
Rogelio Rodríguez Garduño, doctor en Derecho Aéreo, opinó que la participación de las fuerzas armadas en la construcción del aeropuerto y la donación de los recursos, aunque sea legal, no abona al mensaje de transparencia proveniente de Palacio Nacional.
“En el tema de transparencia no abona en lo absoluto, porque en los hechos la Sedena no está compuesta de albañiles o ingenieros, sino que subcontrata y en ese proceso hay una suerte de triangulación porque los que ejecutan la obra, los contratistas ya brincaron, es un puente que hace que se salten los procesos de licitación”, detalló Rodríguez.
En el contrato, entregado vía la Plataforma Nacional de Transparencia, se señala que “los materiales (del NAIM) fueron donados por el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México”, una empresa de participación estatal mayoritaria, a “título gratuito y sin condiciones a la Sedena”.
René Armas Maes, vicepresidente comercial y socio de MIDAS Aviation, firma de consultoría especializada de aviación en Londres, opinó que la cancelación del NAIM fue un error que impidió a México ser un referente de la aviación en los siguientes años.
“La decisión de cancelar un megaproyecto como el del aeropuerto NAIM fue incorrecta. El aeropuerto fue diseñado para cumplir los requerimientos de crecimiento de demanda a futuro tanto para vuelos nacionales como internacionales con una capacidad de atención de pasajeros de tres veces mayor a la demanda registrada en el 2019”, refirió Armas Maes.
La Sedena, encargada de Santa Lucía, refirió que, desde el 16 de diciembre de 2019, cuando inició el traslado al 19 de septiembre de este año, movilizó 2.7 millones de metros cúbicos de materiales pétreos, a través del Sindicatos Unidos y locales de transportistas, a un costo de cerca de 653.4 millones de pesos.
De los restos del aeropuerto en Texcoco emerge poco a poco el puerto aéreo civil-militar y cuyo avance de obra llega ya al 40 por ciento.
Con el acero estructural de Texcoco se construye la terminal de pasajeros y la torre de control del aeropuerto de Santa Lucía, que prevén será inaugurado el 21 de marzo del 2022.
Según los documentos, a septiembre elementos militares movilizaron sin costo 27.4 millones de toneladas de acero. Sin embargo, el ejército no entregó información respecto al suministro de este material que Grupo Gilbert Estructuras en Aceros, que además es contratista para el aeropuerto Felipe Ángeles, le habría vendido.
Gilbert, fue la ganadora para la compra de acero del NAIM en Texcoco, sin embargo, la operación se canceló por irregularidades en el proceso de licitación y la Sedena, que ahora es propietaria del acero reservó la información de dicha operación por cinco años, bajo el argumento de que estaba siendo auditada.
“(Se) confirma y declara formalmente como información reservada los contratos firmados con Grupo Gilbert Estructuras en acero como proveedor del AIFA, permaneciendo con tal carácter por el término de cinco años”, señaló el documento firmado por el general brigadier Jorge Ramírez, titular de la Unidad de Transparencia del ejército mexicano.
El material hidráulico y sanitario que fue llevado para Santa Lucía fue trasladado también por el ejército. A septiembre, se han movilizado 14 mil 66 piezas.
Las fuerzas armadas también desmantelaron 10 campamentos de Texcoco para llevarlos a Santa Lucía y funcionarán como oficinas del personal que labora para el puerto aéreo.
Información vía: El Financiero