Cinco meses después de su estreno en la plataforma de Hulu llega a Netflix Run, nueva cinta del director estadounidense Aneesh Chaganty. El director de la aclamada película Searching mantiene la línea del suspenso y el misterio bajado a una realidad cercana, que al mismo tiempo coloca al espectador inmerso en el conflicto y lo enfrenta cara a cara con los demonios de los protagonistas.
Sarah Paulson interpreta a Diane, una madre soltera que da a luz de manera prematura a Chloe, una niña con diversas enfermedades y discapacidades que, años después, la convierten en una adolescente, interpretada por Kiera Allen, completamente dependiente de su madre.
Al principio parece que la relación madre e hija se desenvuelve en los cuidados que Diane tiene consu hija. La casa, adecuada completamente a las necesidades de Chloe, se convierte en un personaje que enmarca todas las acciones que, al principio, parecen normales. Mientras avanzamos en la historia Chloe nos hace cómplices de las dudas que tiene sobre su madre. Las dosis de medicamentos que toma, la prohibición de usar celular, el nulo acceso que tiene a internet y la manera en que parece que los cuidados se tornan en una especie de manipulación por parte de su madre.
El ritmo del guion y la dirección de Chaganty terminan por envolvernos en una espiral de suspenso justo antes de la mitad de la cinta. Con tan solo hora y media de duración el director logra llevar la historia a polos muy opuestos, donde es relativamente sencillo empatizar con Chloe y odiar a su madre. No estamos hablando necesariamente de un planteamiento nuevo, a momentos la historia se acerca bastante a Misery, pero lejos de imitar, toma prestados elementos que colocan los ojos del espectador justo donde la fotografía quiere. Los encuadres a cargo de Hillary Spera, fotógrafa de The Craft, logran una especie de paranoia y urgencia de huir bastante bien lograda.
Mientras la historia avanza empatizamos mas con Chloe, lamentablemente el tercer acto es interrumpido por un suceso que pudo ser llevado de otra manera, pero que lleva a la resolución de la cinta de una manera agridulce, donde la venganza y el ajuste de cuentas parece más importante que los objetivos que nuestra protagonista muestra al principio, como ir a la universidad o tratar de entender sus afecciones físicas.
Al final Run nos regala un respiro de las cintas planas y se separa del resto al ofrecer una propuesta distinta, que si bien no es completamente original, si aborda el tema desde otra perspectiva, dotando de suspenso e impotencia cada escena y generando una discusión clara al presentar momentos tensos.
Aunque no sea una película que alcance para competir dentro de la temporada de premios, si resulta grato ver un guion bien elaborado con actuaciones creíbles. Cabe destacar que la actriz que da vida a Chloe, en realidad usa una silla de ruedas en su vida diaria, lo que termina por hacer creíble su actuación, al mismo tiempo de generar una empatía con el espectador al observar la desesperación que tiene al tratar de resolver el conflicto en el que, sin saber ni querer, está metida.